Tecnología y Sociedad

Ramo perteneciente al Minor en Comunicación y Cultura

Revisado

¿Qué es una imagen técnica hoy y cómo describiría el régimen escópico en el que se inserta?

 

Imagen técnica hoy en día es una palabra que está completamente alejada a la real, imagen técnica es la cara del consumo. Imagen técnica es una imagen que se realiza con un dispositivo que es tecnológico. Este dispositivo ha ayudado en su avance a convertir la imagen técnica a la cual quiere referirme. El avance que tienen las cosas producto a la modernidad, hoy la imagen no solo se conoce por pinturas, ahora es a través de las fotografías, la televisión, el cine, etc. Estos dispositivos técnicas son rígidos, son tan mecánicos que se pierde la esencia principal del arte de la imagen, por ejemplo la pintura contiene en su realización cada pincelada, movimiento, color, todo con una suavidad al realizarla, en cambio, estos dispositivos solo ayudan a fomentar que esta imagen actual sea de alguna forma “rígida”.
Son imagen tan consumistas que podríamos decir que son hasta desechables, no tiene un significado mas allá del visto y entendido en el momento, ya no transmite ni intenta someter al espectador a buscar en sus emociones y recuerdos, ya no deja que el espectador se conecte a fondo con la imagen, ahora lo que hace es incitar a consumirla 1 vez y listo, son muy superficiales.
El ser humano se transforma en un consumista cuando la sociedad deja de considerar el gran termino “tiempo” antes crear algo y que este perdurara en el tiempo era la finalidad, las obras mantenerse en el tiempo era grande pero hoy en día eso y dejo de interesar el que todo funcione mucho más rápido es lo que se busca, los avance como el internet es un ejemplo, el poder mandarle cierta información a alguien en el menor tiempo posible es aun mejor que tardar días a través de técnicas antiguas como el correo.

“En realidad el termino reciclaje puede inspirar algunas reflexiones: para empezar, evoca irresistiblemente el ciclo de la moda, también en este sentido todos deben estar al corriente y reciclarse anualmente, mensualmente, en cada estación, en la vestimenta los objetos, el automóvil, si alguien no lo hace, no es un verdadero ciudadano de la sociedad de consumo” (Baudrillard 2009: 114-115). Como ejemplo es la moda, se emite una imagen se consume, todos visten según la imagen hasta que esta pase de moda y cumple su ciclo y esta se desecha, y comenzamos nuevamente con otra idea para consumir pero al final sin darnos cuenta tenemos un consumo en ciclo, es decir, consumismo esta temporada del color rojo, luego del verde, azul, amarillo.etc hasta que en cierto momento tendremos que volver al rojo pero el hombre al ya no considerar lo que es el tiempo no se da ni cuenta, no retiene quizás esa información e inconscientemente vuelve a lo mismo, sin encontrar quizás nuevos colores, mezclas, matices por dar ejemplo, volvemos a lo mismo, porque de alguna forma debemos dejar de consumir lo que ya paso de moda, eso nos atrasa como consumistas.  ”La moda es arbitraria, cambiante, cíclica y no agrega nada a las cualidades intrínsecas del individuo. Sin embargo, tiene un carácter de obligación profunda que sanciona el éxito o la relegación social” (Baudrillard 2007:115).

Cuando hablamos del  régimen escópico, al hablar de la “subcultura” podemos decir que  el dispositivo lo que nos ínsita  al deseo, al querer obtener, al consumo.

“El régimen escópico de la modernidad es concebido como terreno en disputa antes que como un conjunto armoniosamente integrado de teorías y practicas visuales” (Jay 2003: 222). Nuevamente hablamos de la modernidad, esta etapa en la historia está acabada, hoy en día es el post modernismo en donde vivimos, es este el gran culpable, todo lo producido hoy en día pone en condición su durabilidad, todo es realmente desechable, eso para seguir aumentando el consumo entre los espectadores, que es formulado por los dispositivos y por una gran arma post moderna conocida como la publicidad. “La publicidad es uno de los puntos estratégicos de este proceso. Es el reino del seudoacontecimiento  por excelencia. La publicidad hace objeto un acontecimiento” (Baudrillard 2009:151) Es quien hoy nos tiene consumiendo, tienen sus propias estrategias de vender un producto, es decir, busca intentar ser visto como humano pero en el fondo no es más que comercial. La publicidad busca intentar transmitir emociones y sentimientos, quiere que el espectador “sienta” y consuma, pero en realidad solo busca tener su objetivo de ser consumida, es por eso que tampoco se respeta hoy en día y las publicidades son miles en cada imagen que vemos, en cada película que consumimos, son presentadas hasta de manera engañosa. Publicidad es al final la cara más vistosa del consumo es quien trabaja la mente distraída de espectador y lo hace caer en su finalidad; consumir.

Jay nos habla del término “régimen escópico” y que este se divide en tres partes que son  “Perspectivismo Cartesiano” (mirada cónica, monocular, no humana), “Cuadricula Ptolomeica”, que es descriptiva, naturalista y “Lo Barroco”, lo extravagante, peculiar, es indescifrable, ilegitimo, irreal, donde reina el deseo, lo sensual.

De estas 3, la que mas representa a nuestra imagen técnica es “lo barroco” ya que lo postmoderno está relacionado con lo irreal, lo sensual, lo que intenta de cierta manera seducir  o atrapar al espectador, y llevarlo al consumo a través de cierto “engaños” al no ser directo y seducir. “En la base del funcionamiento de la cultura de masas está la lógica de la moda y su rápida renovación,  la seducción fácil y la búsqueda del éxito inmediato.” (Lipovetsky, 2010: 79) Aquí Lipovetsky habla de “seducción” que tiene que ver con el termino de Jay, de “lo Barroco”, la moda es un claro ejemplo de seducción, el poner una persona joven con un buen físico, “seduce”al espectador, lo lleva a observar la imagen de primera porque esta capta la atención y luego lo ínsita a consumir, con un sentido que considero de cierto modo “irracional” ya que a veces el espectador consume, porque cree que al tener el producto puede ser como quien lo poseía en la imagen o cree realmente en lo que se le propone si consume. Ha llegado a ser realmente cegado de una realidad y vive dentro de un mundo de ciegos donde consumir en su prioridad, no importa conocer solo poseer.

“El régimen escópico de la modernidad es concebido como terreno en disputa antes que como un conjunto armoniosamente integrado de teorías y practicas visuales” (Jay 2003: 222) Jay quiere que juntemos los 3 términos, pero en realidad el espectador busca tratar de entender una imagen pero, solo observa. Lamentablemente vivimos en una sociedad “mirona” por lo mismo somos tan consumista, el hombre todo lo tiene que ver, todo lo tiene que saber y todo lo tiene que tener. A llegado a tener un nivel de consumo tan alto que queremos tener lo que tiene el otro, queremos saber donde lo vio, queremos ver lo que él vio, el mirar ya no es “integrado a las teorías y practicas visuales” el hombre ya no sabe lo que es mirar y observar, el solo ve y consume no intenta siquiera saber qué es eso que consume.

“El objeto kitsch es habitualmente toda esa población de objetos de poco valor de estuco, bisutería, accesorios, chucherías folclóricas, recuerdos, pantallas o mascaras negras, todo el museo de pacotilla que prolifera en todas partes principalmente en los lugares de vacaciones o de ocio” Baudrillard (2009:127) es ese accesorio, esa bisutería, esa pantalla la que consume el hombre y acumula objetos al final porque solo consume, consume, consume descontroladamente porque la imagen técnica lo seduce nuevamente.

 “Está subyugada al tecnocapitalismo global, a la industria cultural, al consumismo de medios de comunicación y a las redes informáticas” (Lipovetsky. 2007:113). Es un ejemplo de cómo se ha hecho tan masivo el hecho de consumir junto con el avance de lo tecnológico. Este avance en la historia también afecta a la imagen cuando este empieza su funcionamiento industrial, cuando el comercio empieza a ser en fabricaciones en serie, cuando la obra comienza a dejar de ser única, el consumo lo único que ayuda a hacer es conseguir avance pero ir de cierto modo dañando a las obras, alejándolas de su real sentido, de su real significado, les quizá ese aura que las hacia ser únicas “Las obras así multiplicadas, en su condición de objetos en serie, se vuelven efectivamente homogéneas “junto con las medias y los sillones de jardín” y adquieren su sentido en relación a ellos.” (Baudrillard 2009: 123). El autor se desliga de la obra en cierto modo, ya no se considera mucho el porqué y el que se sintió en el momento de la realización de esta, porque es en a donde llegara lo que está importando. No deseamos saber el porqué un autor realizo una toma de un árbol, con una luz cálida en pleno otoño, no sé si el quiso transmitir soledad, belleza, tranquilidad, etc. Solo me importa tener esta imagen en mi hogar y así me considero ser parte del mundo del arte, pero lo que no se es que esa misma imagen la pueden tener miles de personas, el avance en la tecnológica, el conseguir hacer copias enserie, nos hace consumir arte de manera general, todos tenemos alguna obra en nuestro hogar, pero no es la misma que se realizo en la primera vez, ya no tiene ese significado, ese aura, ahora es solo un papel con una imagen que se ve linda.
El consumo de imágenes día a día nos transforma en una sociedad perdida, todo gira alrededor a este término, si bien ya no sabemos si realmente estamos observando, vemos televisión y sin darnos cuenta consumimos, la publicidad hoy en día es cada vez más molesta en el sentido que aparece de improviso y te invita a consumir, pero eso solo genera que el espectador consume inconscientemente y no observa algo solo mira ya que su mirada es interrumpida con esta publicidad y no es molesto, podemos ver ambas cosas sin molestar, tenemos la mirada distraída. Silverman habla que la mirada es un proceso de observación y representación de un objeto o imagen, buscar que significa lo que tenemos enfrente esto quizás se pueda ver en un fotógrafo, que su prioridad es mirar, este debe tener un punto en donde se concentra y poner en juego las emociones, los sentimientos, los recuerdos y poder buscar una representación en el ambiente con estos recuerdos y así poder crear un lenguaje visual, yo con un objeto poder decir una emoción pero es eso lo que se pierde considerablemente hoy en día.

Podríamos llegar a un término, imagen de consumo que es realmente el nombre que debería de poseer la imagen técnica, en su evolución historia, gran avance para las artes es un retroceso para la esencia verdadera de las obras. Nuevamente y siempre recalcare que somos consumistas de una imagen porque se nos muestra de esa manera, la sociedad busca tenernos a todos con una finalidad en mente. Estamos perdidos en un mundo en donde no sabemos realmente lo que queremos cada uno, solo que “debemos” tener lo que se debe tener, es decir, lo que esté de moda se debe tener, lo que se esté vendiendo mas se debe tener. Es como el ejemplo de si un producto nuevo sale al mercado, debemos tenerlo, al igual que quizás ciento de personas, si quizás sea único ya que es mío, pero en realidad es uno más de una fabricación en masa donde no existe el único, son todos llamados por el mismo nombre, son todos de un mismo color, o muchos iguales.

Hoy en día la imagen técnica, es una imagen del consumo y su régimen escópico, tiene mayor ligación con el término “lo barroco” la imagen seduce a un espectador para que este la consuma o consuma lo que vende, para eso pasamos a la publicidad, que son imágenes que buscan vender, quieren que el espectador compre lo que esta venda. Estamos en una sociedad donde todo gira alrededor  a el termino polémico termino economía, se ha perdido la esencia de las cosas porque preferimos usarlas.

Bibliografía:

• Lipovetsky, Gilles Serroy, Jean. La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama, 2010

• Baudrillard, Jean. La sociedad del consumo. Madrid: Siglo XXI, 2009

• Jay, Martin. Campos de Fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003

Jeniffer Munita Elmes

Revisado

Toda época histórico-cultural, tiene un régimen escópico que tiene relación con el modo de ver que tiene una sociedad, es así, como la figura principal, ícono de la sociedad romana, fue la del “Pater”; toda la sociedad giraba en torno a la figura del Padre, incluso la casa romana tenia dependencias exclusivas en donde sólo entraba el pater, dueño absoluto de la casa y de las decisiones que se tomaban. Este sistema estuvo presente durante el período del Imperio en donde el Emperador era el Padre de la nación. En este sentido, habría que hipotetizar: ¿Cuál es el régimen escópico de la sociedad actual, considerando que es una sociedad chatarra y de reciclaje en donde se pretende cambiar lo permanente por lo funcional y actual?

Martín Jay, nos habla que en la modernidad, se pueden observar tres subculturas visuales, en la cual, él intenta establecer si estas subculturas se oponen entre sí. Jay, cree que estas perspectivas visuales históricas de alguna forma se relacionan con visiones de imágenes contemporáneas, a saber: perspectivismo cartesiano, el arte de describir al que lo relaciona con el empirismo baconiano y, finalmente, la visión icónica del barroco. En cuanto a la primera visión el perspectivismo cartesiano, tiene que ver con el arte perspectivista del Renacimiento, el orden visual y la aparición de la burguesía, que transformó todo objeto de arte en el objeto de consumo, apareciendo así el capitalismo. Para Jay, la visión artística del renacimiento se relaciona con una sociedad estructurada, lineales, la cual las obras tratan de reflejar “El lienzo renacentista actúa como un espejo que refleja el espacio geometrizado de las escenas, suponiendo un sujeto espectador ideal que tiene las características de ser estático y monocular” (Martin Jay, 2003: 222)

Es así, como en la pintura y el arte renacentista, las personas aparecen como parte de un paisaje ideal en cuanto a la perspectiva artística, pero desde un punto de vista más antropocéntrico, base de la sociedad histórico-cultural del Renacimiento, las figuras humanas cobran una importancia vital, ejemplificando con el cuadro de “La Gioconda” de Da Vinci, pero la imagen de lo humano es parte del paisaje estructurado, lineal y perspectivo.

Históricamente, el Renacimiento es contemporáneo de la “era de los Descubrimientos” y las conquistas ultramarinas. Esta “era” marca el comienzo de la expansión mundial de la cultura europea, con los viajes portugueses y el Descubrimiento de América por parte de los españoles, lo cual rompe la concepción medieval del mundo, fundamentalmente geocéntrica. El fenómeno renacentista comienza en el siglo XIV y no antes, aunque al tratarse de un proceso histórico, se elige un momento arbitrariamente para determinar cronológicamente su comienzo, pero lo cierto es que se trata de un proceso que hunde sus raíces en la Baja Edad Media y va tomando forma gradualmente.

El Segundo régimen escópico planteado por Jay, es el arte de describir. Los escritores nórdicos se alejan de la narración y priorizan la descripción y la superficie visual. Jay asocia el arte holandés con el empirismo baconiano y considera que este arte es un adelanto del arte moderno. Finalmente Jay, encuentra un entrecruce entre las dos visiones artísticas o los dos regímenes escópicos mencionados.

En tercer lugar, Jay menciona un tercer régimen escópico relacionado con el barroco. Esta visión cultural se opone a las dos anteriores, porque nace como arma de la contrarreforma,  marcado por el espiritualismo católico.

El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental que produjo obras en el campo de la literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la musica,. Este período abarca desde el año 1600 hasta el año 1750 aproximadamente. Se suele situar entre el Renacimiento y el Neoclásico, en una época en la cual la Iglesia católica europea tuvo que reaccionar contra muchos movimientos revolucionarios culturales que produjeron una nueva ciencia y una religión disidente dentro del propio catolicismo dominante la Reforma protestante.

Como estilo artístico, el barroco surgió a principios del siglo XVII y de Italia se irradió hacia la mayor parte de Europa. Durante mucho tiempo (siglos XVIII y XIX), el término “barroco” tuvo un sentido peyorativo, con el significado de recargado, desmesurado e irracional, hasta que, posteriormente, fue revalorizado a fines del siglo XIX, por Jacob Burckhardt y luego por Benedetto Croce y Eugenio d’Ors.

Pero, después de hacer esta breve síntesis de los regímenes escópicos estudiados por Jay, vamos a analizar cuál sería la visión artística del arte y la sociedad contemporánea. Indudablemente que el proceso artístico llevado en el Renacimiento y el barroco han influido los siglos posteriores, el arte moderno quiso romper su filiación a que los cánones antiguos sean estructurados o dramáticos. Las tendencias vanguardistas de a principios del siglo XX, quisieron romper con lo anterior y deshumanizar el arte como lo plantea Ortega en su libro La deshumanización del arte. Nuevas visiones artísticas que intentaron borrar al hombre del arte y transformarlo en algo abstracto incomprensible para la sociedad de la época. Sin embargo, el gusto por lo abstracto, por la ruptura del orden artística renacentista, se fue posesionando a medida avanzaba el siglo.

El avance del capitalismo y del consumismo, implantó la funcionalidad del arte, es decir todo objeto artístico puede servir para algo, ya sea una silla, una cama o simplemente un objeto decorativo de un alto valor mercantil. “Una de las dimensiones características de nuestra sociedad, en materia de saber profesional, de calificación social, de trayectoria individual, es el reciclaje. Esta dimensión implica que si no quiere quedar relegado, distanciado, descalificado, el individuo esta obligado a poner al día sus conocimientos, su saber…” (Jean Baudrillard, 2009:114)

Entonces, para no ser expulsado de la sociedad de consumo, el individuo debe ceder y ser parte de ella, con todo lo que eso implica. La aceptación de lo funcional y del reciclaje a todo evento.

Otro matiz que se puede dar dentro de la caracterización sociocultural, es el que postula  Lipovetsky; quien nos dice que “la cultura que caracteriza la época hipermoderna no es ya el conjunto de normas sociales heredadas del pasado y la tradición (la cultura en sentido antropológico), ni siquiera el mundillo de las artes y las letras (alta cultura); se ha convertido en un sector económico en plena expansión, tan considerable que ha acabado por hablarse, y no sin motivo, de <<capitalismo cultural>>. La cultura-mundo describe el sistema económico-cultural del hipercapitalismo globalizado (Gilles Lipovetsky, 2010). Esto supone que el régimen escópico actual, se ve inmerso en un “orden de las cosas” que va definiendo en el cómo se concibe el arte, su función, su connotación, su utilidad, y su permanencia en el tiempo.

Dentro de la concepción de este capitalismo cultural en que se inserta la producción artística, dicho autor  pretende categorizar estos productos cómo  bienes culturales, teniendo en cuenta que ésta es globalizada y que no existe una oposición entre lo económico  y cultural. Frente a ésto, hace alusión a la aparición en occidente de las primeras configuraciones de lo que la escuela de Frankfurt llamará << industria cultural>>, es decir, “el lanzamiento de  obras reproducibles destinadas al mercado de gran consumo. Adorno y Horkheimer las juzgan mediocres, inauténticas, estandarizadas y sin más papel que << confirmar las convenciones>>. Así pues, la modernidad cultural es bicéfala: por un lado es una cultura revolucionaria de creación que desprecia el mercado, por el otro es lo contrario, una cultura industrial que sólo ofrece clichés, productos uniformes, baratijas. De aquí se deduce, desde el punto de vista de los que la desprecian, que la cultura de masas trasmitida por el cine, la radio, el disco y la televisión, no puede considerarse una cultura auténtica: es negocio, una industria que, a semejanza de cualquier producto fabril, se basa en la estandarización y la producción en serie.” (Gilles Lipovetsky, 2010: 5). Con esto, nos entrega una visión critica y una posición critica en torno a la expresión concreta de las dinámicas actuales que se dan en torno al arte, y la coexistencia de dos fuerzas contrarias, y coexistentes, una que reproduce lo establecido y que procura su perpetuidad como sistema, y por otra parte, una que busca generar un quiebre respecto de la hegemonía de la otra, a través de una producción contra-hegemónica (hegemonía cultural).

Respecto de la producción en serie y la estandarización que menciona el autor anterior, Baudrillard se refiere a ello diciendo que “Multiplicar las obras no implica en sí mismo ninguna “vulgarización” ni “pérdida de calidad”: lo que ocurre es que las obras así multiplicadas, en su condición de objetos en serie, se vuelven efectivamente homogéneas (Jean Baudrillard, 2009:123), y por tanto, cada obra reproducible y reproducida puede ser similar a otra en cuanto su calidad, y al mismo tiempo puede ser ofertada de manera masiva como quien ofrece cualquier articulo de consumo habitual, y a si mismo, cae dentro de las lógicas de producción capitalista a escala (en grandes cantidades), con la diferencia que deben estar sujetas a lógicas estructurales que permiten el funcionamiento de la sociedad actual, es decir, al dinamismo y a la renovación constante, no a la búsqueda de la permanencia en el tiempo de un bien cultural específico, sino que a los ganancias obtenidas dentro del contexto de mercado.

Y así mismo, dicha hegemonía cultural globalizada que nos describe Lipovetsky, tiene como piedra angular la caracterización de los bienes culturales  dentro del contexto actual, y su proceso de transformación a artículos de consumo de masas.

“Los nuevos bienes culturales vienen envueltos, en efecto, en una retórica de la simplicidad que exige al público el menor esfuerzo posible. En los antípodas de las vanguardias herméticas y elitistas, la cultura de masas quiere ofrecer novedades accesibles para el público más amplio posible y que distraigan a la mayor cantidad posible de consumidores. Su intención es divertir, dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos, sin necesidad de formación alguna, sin referentes  culturales concretos y eruditos. Lo que inventan las industrias culturales no es más que una cultura transformada en artículos de consumo de masas (Lipovetsky, 2010: 79). Frente a lo anterior, se puede decir que se tiene una sociedad, con ciertas estructuras de funcionamiento globales, que se ven reforzadas con la intencionalidad presente dentro de los productos culturales, y de como ello influye dentro de la base en que se apoya. “En la base del funcionamiento de la cultura de masas está la lógica de la moda y su rápida renovación,  la seducción fácil y la búsqueda del éxito inmediato.” (Lipovetsky, 2010: 79)

El régimen escópico actual, tiene relación con lo no permanente, con lo que está al día, ya que a diferencia del arte renacentista y barroco que se hicieron para la perpetuidad, el arte actual se hace con un interés de ganar mucho dinero por un arte decorativo que refleje la sociedad de consumo en que fue creado.

Virginia Valdivia

Bibliografía

Regímenes escópicos de la modernidad.  Jay, Martin. Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós,  2003.

La cultura mediática. Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo XXI,  2009.

El mundo como imagen y comunicación. Lipovetsky, Gilles y Serroy, Jean. La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada. Barcelona: Anagrama, 2010.

Revisado

LA IMAGEN TÉCNICA EN LA SOCIEDAD ACTUAL.

FERNANDA ESCOBAR LÓPEZ

En la cultura actual la imagen técnica estaría inserta en regímenes escópicos variados y globalizadores.

La forma de mirar, concebido como algo natural, lleva consigo patrones culturales predeterminados. Según el biógrafo de la Escuela de Frankfurt Martin Jay,”la modernidad ha estado resueltamente marcada por el ocularcentrismo”, dominada por el sentido de la vista (Jay 2009: 221). Seducido por el concepto de “régimen escópico” de Christian Metz, Jay señala que habrían 3 subculturas visuales, las que determinaron, en la era de la modernidad, la manera de ver el arte. El primer modelo estaría representado por el perspectivismo cartesiano, compuesto por las nociones renacentistas de perspectiva en las artes visuales y las ideas cartesianas (Descartes) de racionalidad subjetiva en filosofía. A partir de los hallazgos en la edad media de las implicaciones metafísicas de la luz, el espacio comienza a ser percibido geométricamente isotrópico, rectilíneo y uniforme. Según Jay, este espacio tridimensional y racionalizado  podía ser trasladado a la tela para reflejar el espacio geometrizado de la escena representada y que irradia el ojo cuando mira. La característica esencial de esta mirada racionalista es un “repliegue emocional del artista respecto a los objetos representados en el espacio geometrizado… un ojo supuestamente descarnado, absoluto, donde se trata de leer el mundo como un libro escrito con caracteres matemáticos y lógicos, intentando concebir las relaciones abstractas de las cosas. En este modelo el sujeto modelaba el mundo con su mirada, se ocupaba de la claridad y la transparencia de la forma. Esta mirada cartesiana era una mirada deserotizada, que neutralmente aspiraba a no comprometerse con el objeto que mira. Jay decía que” además de no erotizar el orden visual, también fomentaba la desnarratización o la descontextualización. Abstracción de la forma artística de cualquier contenido sustantivo”

(Jay 2009:227). El perspectivismo cartesiano fue objeto de una crítica filosófica, que denunció el énfasis del modelo en un sujeto ahistórico, desinteresado y descorporalizado.
Más adelante, se dio un régimen escópico alternativo al perspectivismo cartesiano, que surgió en los países bajos en el siglo XVII. Esta pintura –holandesa- rechazó el rol constitutivo y privilegiado del sujeto monocular enfatizando, en cambio, en la existencia previa de un mundo de objetos descritos en la tela plana, un mundo indiferente a la ubicación del espectador. Por consiguiente, la pintura holandesa le dará suma importancia a los pequeños detalles, a la carencia de perspectiva. Se acepta la superioridad del mundo por sobre el sujeto. El pintor pinta lo que puede; para él el mundo sigue aunque lo enmarque. La filosofía del empirismo de Bacon es quien rige este modelo, que está orientado hacia la observación, sobre la superficie fragmentada, detallada y articulada de un mundo que opta por describir antes que explicar. El arte de describir anticipa, en palabras de Jay,” la experiencia visual que provoca en el siglo XXI la invención de la fotografía. Ambos dice, comparten rasgos destacados: la fragmentación, el enmarcado arbitrario, la inmediatez que los primeros practicantes expresaron afirmando que el fotógrafo le daba a la naturaleza el poder de reproducirla directamente sin la mirada del hombre.

Un segundo modelo o régimen escópico fue el Barroco, pintoresco, engañoso, múltiple y abierto. A este modelo le interesaba lo peculiar, un espacio tridimensional homogéneo. “Se daba la fascinación por la opacidad, ilegibilidad y el carácter indescifrable de la realidad que pinta” (Jay 2009:236).

¿Qué ocurre entonces  en la sociedad actual?, según Baudrillard, la sociedad del consumo está basada en la adquisición de signos antes que de objetos, pues “se exalta los signos sobre la base de una denegación de las cosas y de lo real” (Baudrillard 1979: 113). De esta forma no se le ofrecería al consumidor un objeto en relación a su función empírica, sino a través de su significado colectivo: prestigio, estar a la moda, etc.

Investiga el capital y el consumo desde la óptica del estructuralismo.

Correspondería a la visión de Silverman, quien aseguró que la mirada siempre estuvo influenciada por nuestros deseos y ansiedades, y mediada de un modo completo por las representaciones que nos rodean. En este sentido, “la fotografía representa el triunfo del ojo, porque confirma las leyes de la perspectiva que desde hace tiempo constituyen la norma occidental de mirar” (Cosmelli en Silverman  2009:138).

La imagen en la actual sociedad de consumo, tiene un nuevo lugar. “Está subyugada al tecnocapitalismo global, a la industria cultural, al consumismo de medios de comunicación y a las redes informáticas”

(Lipovetsky y Gilles  2007:113).

BIBLIOGRAFÍA

Jay, Martin. “Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural”
Braudillard, Jean. “La sociedad del consumo. Mitos y estructuras.  Madrid.1979

Revisado

En la vida social y especialmente en la cultura se construye un modo de ver,  en este sentido hablamos de los regímenes escópicos de Jay, quien dice que el modelo visual  se instaura en la modernidad como visión hegemónica, la imagen es reinterpretada y cobra un nuevo valor.  Desarrollare en el presente ensayo la idea de cómo la imagen es interpretada por el observador en relación con la visión de mundo que la modernidad le ha impuesto a este, como se genera una tensión entre lo que la modernidad “vende” como único y la realidad del reciclaje a la cual se enfrentan los sujetos cuando interiorizan estas percepciones.

La modernidad no es gratuita ni mucho menos inocente, si bien nos presenta, por un lado, un momento histórico único donde lo económico, lo social, lo político y lo cultural se interrelacionan por primera vez, avanzan a ritmos veloces pero desiguales hasta terminar por configurar la moderna sociedad burguesa, el sistema económico y una nueva forma de organización política, el Estado-nación; por otro lado nos presenta un escenario de fragmentos con disputas y nuevos paradigmas. Estos nuevos paradigmas se fundan en la ruptura con lo tradicional,  en aquellas sociedades pre capitalista predominantemente agrarias, en las que prevalecía el valor de uso y la economía natural y los objetos que se  producían eran concretos y concebidos para durar. En la época moderna en cambio surge el pluralismo y el dinamismo, se incorpora así a la sociedad la idea de lo efímero y con esto, el concepto de reciclaje… Teniendo esto claro podemos entender entonces que la modernidad ha reformado la lectura y creación de la imagen. “Las fronteras geográficas han dejado de existir y, en su lugar, se están generando vastos territorios microelectrónicos que posibilitan las expansión. Las telecomunicaciones constituyen la nueva red arterial.” ( Crary 2001: 286). El mundo crece en sentido de conocimiento, la micro-comprensión que teníamos ya no puede compararse con el mundo que la modernidad está por entregarnos.

La solidez pre moderna poco duradera fue una de las principales bases motivacionales y argumentativas a cambiar del nuevo proyecto histórico para instaurarse como tal. La superposición de la razón como eje organizacional, se tradujo no tan solo en un inherente cambio social, sino que también  transformo todo lo que el hombre conoce, desea, es y puede llegar a ser. Motivada entonces la sociedad  por la racionalidad, el progreso pasó a convertirse uno de los valores primordiales, y junto con este, la sociedad se vio, y aún se ve obligada a progresar, reinventarse y evolucionar… «Si no se quiere quedar relegado, distanciado, descalificado, el individuo está obligado a <<poner al día>> sus conocimientos, su saber, su suma, su <<caudal operativo>>.” (Baudrillar 2007:114). «La moda es arbitraria, cambiante, cíclica y no agrega nada a las cualidades intrínsecas del individuo. Sin embargo, tiene un carácter de obligación profunda que sanciona el éxito o la relegación social» (Baudrillard 2007:115).Esta evolución en pro de 2 cosas: La primera, luchar contra del “ejército de reserva” planteado por Marx en el Manifiesto Comunista, y la segunda, en la lucha por mantenerse vigente dentro del imparable mundo moderno de la moda. Es aquí donde surge el concepto de reciclaje anteriormente planteado. Visto desde la postura de la modernidad, el reciclaje surge como un recurso de consumo. La renovación constante de todas las tendencias obliga al individuo a consumir constantemente nuevas cosas… Para el individuo, el reciclaje es un valor intrínseco, nace como una necesidad de mantenerse vivo, vigente, como un verdadero ciudadano de la sociedad de consumo. La principal consecuencia sin embargo de este concepto moderno es que todo aquello que ha sido creado para el consumo o se hace parte de este, ha de ser reinventado, renovado, finalmente reciclado para crear sobre aquellas cosas nuevas cosas que permitan repetir el ciclo del consumo una y otra vez. Como explica Baudrillar: «Lo decisivo es […] que esa obra, como el automóvil del año, como la naturaleza de los espacios verdes, esté condenada a no ser más que un signo efímero». (Baudrillar 2007:116).

Todo cambia, nada permanece, todo es veloz, no hay tiempo de asimilar algo cuando esto ya está cambiando, el mundo se globaliza y con esto surgen no solo nuevos dispositivos sino también métodos que ponen en circulación un consumo de signos traducidos en un modelo de simulación. Baudrillard ya nos advirtió en su texto “El complot del arte” sobre el desplazamiento que se experimento desde el sujeto a la representación: “La potencia del objeto se abre camino a  través de todo el juego de simulación y simulacros, a través del artificio mismo que le hemos impuesto”  (Baudrillard, 2008:33). Nuevas técnicas de representación desde el aparato a lo digital. La distancia objeto y significante se anula por inmersión (en la pantalla). Surge una sensación de que la imagen deja de ser objeto para ser espacio para observar el mundo, aunque este espacio sea virtual.  Se puede evitar, por tanto, la ventana del significante como una imagen q ya no necesita referente. La imagen digital hace referencia a “eso” representado en la imagen misma por tanto ya no hace falta hacer una abstracción al respecto y transportar a la imagen a un imaginario. La imagen se abre a sí misma y uniendo esta idea con lo trabajado anteriormente, es aquí donde se instala la imagen de consumo, haciendo referencia a través de la imagen a ese objeto de deseo. En suma “La televisión impone el reinado de la imagen directa. Vehículo de emociones y conmociones visuales. Lo que aparece es un modelo cultural inédito que señala el triunfo de la rapidez, la instantaneidad, la exclusividad, la publicidad, la distracción permanente y estabilizada” (Lipovetsky, Serroy 2010:83).

El problema de la circulación de la imagen envuelve el cómo ésta será configurada tomando en cuenta que ahora es más que instantánea, casi “real”, cuyo espacio- tiempo  implica  una “visión invisible, desencarnada, intemporal, y omnisciente” (Silverman 2009:136). Son los regímenes escópicos en tanto articulaciones de la mirada los que determinan que es lo que aparece, como aparece y como lo identificamos. Partamos de la base que ignorar el contexto social y/o histórico a la hora de leer  una imagen sería un error, sea este la modernidad o no.  “Por  medio de la proyección  y la empatía,  somos conducidos a vernos en cada cosa que vemos” (White,1984 : 19). Los modos de interpretación van condicionados por las tendencias culturales y sociales, los procesos históricos y los eventos formativos que se estén viviendo en determinada época. Sin embargo, ¿Tenemos conciencia de esa influencia, de ese régimen escópico que hace fuerza sobre nosotros? Me atrevo a decir que los regímenes escópicos son determinaciones culturales, gramáticas de la mirada que reconocen que la mirada no es un proceso inocente, que lleva un sustento sensible para obtener conocimiento de algo y como dije anteriormente lleva augurados patrones culturales…

Es de hecho la distracción permanente y estabilizada que nombré anteriormente el eje principal del régimen escópico predominante. A pesar de que Jay propone una pluralidad de formas de mirada, o mejor dicho de regímenes, es el perspectivismo cartesiano el que se identifica como modelo visual dominante de la modernidad ya que representa los valores más intrínsecos del proyecto histórico. De hecho, el principal: el consumo. “ Hay algo en lo que vemos que no sabemos que vemos” (Brea 2007: 146).El régimen se articula como un par de lentes invisibles que cubren la mirada, aquella que tiene un sustento sensible, aquella que surge para obtener conocimiento de algo por tanto la mirada es un lenguaje  y el lenguaje es una interpretación de mundo. En suma el mundo se configura a través del lenguaje y el lenguaje constituye mirada de consumo. Estamos entonces siempre condicionados para el consumo y lo están también las imágenes que son creadas considerando sus nuevas características modernas, instantáneas, directas y efímeras. Estamos condenados a ver lo que la sociedad quiere que veamos, vendiéndonos experiencias, estatus y unicidad. Somos participes de un consumo cuyo dispositivo es el mensaje el cual nos transporta como observadores, diciéndonos no solo “compre Mc donalds” sino articulando el mensaje y la imagen desde nuestra visión de mundo. Y como no hacerlo si tienen toda la ventaja, saben como veremos el mensaje, como queremos ver el mensaje y que queremos que diga el mensaje. “Cuanto más sólidas se tornan las posiciones de la industria cultural, tanto más brutalmente puede obrar con las necesidades del consumidor, producirlas, guiarlas, disciplinarlas, suprimir incluso la diversión: para el progreso cultural no existe aquí ningún límite” (Horkheimer, Adorno 1988:14)

Pero ¿Por qué o sobre qué bases se produce la dominación? Básicamente en base a las relaciones que se derivan de la producción capitalista. En relación a esto podemos decir que la dominación tiene dos dimensiones. En primer lugar, la creación de conciencia. En segundo lugar, la posición en la que se encuentran dentro del proceso de producción, y esto de dos maneras bien diferentes. Sin embargo me enfocare principalmente en el proceso de la creación de la conciencia.  Los deseos no provienen de la activación de una conciencia individual libre y personal, sino que están íntimamente ligados con un proceso de ideologización. No estamos ante cualquier tipo de deseos, sino ante los que son socialmente aceptables, aquéllos que son permitidos, aunque  el individuo considera que son fruto de su elección irrestricta. «El orden general de las cosas no admite opciones; ni siquiera está claro cuáles podrían ser esas opciones, y aun menos claro cómo podría hacerse real alguna opción viable, en el improbable caso de que la vida social fuera capaz de concebirla y gestarla» (Bauman 2007:11). El hombre tiene mayor libertad pero esta es solo de consumo.

Esta visión de mundo impuesta a los sujetos revela lo que Horkheimer plantea como industria cultural, una industria que desarrolla una cultura de masas que parece ser “para el pueblo y del pueblo” pero que encarna una realidad mucho más siniestra, la dominación: “Hoy las obras de arte, como las directivas políticas, son adaptadas oportunamente por la industria cultural, inculcadas a precios reducidos a un público reluctante, y su uso se torna accesible al pueblo, como el de los parques” (Horkheimer, Adorno 1988:22). Se hace evidente así  la lógica de la cultura que está en funcionamiento del sistema económico-cultural que plantean Lipovetsky, y Serroy y surge la idea de que lejos de pensar que hemos avanzado hacia una sociedad más plural o heterogénea, donde conviven culturas muy diferentes, se ha ido imponiendo una cultura que homogeniza y es coherente con él, u ofrece apoyo al, sistema económico existente.

Una vez más el individuo se deja llevar por los encantos de la modernidad. Su supuesta singularidad y por sobre todo su supuesto poder de libertad dejan al descubierto todo lo contrario, que estamos más afectados que nunca. «Así como no hay una visión «natural» previa a la mediación cultural, tampoco hay ningún estilo urbano que pueda satisfacer por sí mismo el anhelo humano por la estimulación ocular y el deleite visual» (Jay 2003:312)… Concluyendo debo admitir que al principio de mi ensayo dije que sería imposible y de hecho un error considerar una imagen fuera de su contexto histórico-social, pero lo que estamos viviendo desde un tiempo hasta ahora hace alusión a un conflicto de carácter dominativo donde el proyecto histórico cada vez más invasivo que influye no solo nuestro modo de ver e interpretar, sino también de actuar. Sin embargo, creo también que cada vez somos espectadores más consientes y críticos de la realidad. “Las actividades enunciativas del texto cinematográfico no pueden ocultarse por entero […] Y en el momento en el que el marco se hace aparente, el espectador se da cuenta de que no esta viendo mas que un espectáculo previamente dado” (Silverman 2009:136).  No solo en el sentido de leer 2 veces la oración, sino también en el sentido de interpretarla desde el proyecto histórico que estamos viviendo. Algo así como un contra filtro de los regímenes escópicos que configuran la imagen para el consumo. Teniendo conciencia y siendo críticos podremos contrarrestar el mensaje moderno y darnos cuenta así de su “modus operandi”… La modernidad está en crisis, explicaba el sociólogo francés Alain Touraine, pero no podemos olvidar que es por los motivos equivocados. Aún falta trabajo de conciencia, porque mientras algunos, por pocos que sean crean en la modernidad la alimentarán a ella y a su sistema económico y así sobrevivirá, cambiando su forma y adaptándose en lo que sea necesario para sobrevivir.  “Sin embargo, si la posmodernidad tiene algo que enseñarnos, es a sospechar de las perspectivas únicas, que a modo de grandes narraciones proporcionan explicaciones totalizadoras de un mundo demasiado complejo para reducirse a un punto de vista unificado” (Jay 2007:411). Deberíamos haber aprendido la lección.

Bibliografía

– Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo XXI, 2009

– Baudrillard, Jean. El complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 2008

-Brea, Jose Luis. Cambio de régimen escópico: del inconsciente óptico a la e-magen.  Revista de estudios visuales número 4, 2007

-Brian, Wallis (ed.). Arte después de la modernidad. Texto: Crary, Jonathan. El eclipse del espectáculo. Madrid: Akal, 2001.

Fontcuberta, Joan; Estética Fotográfica: una selección de textos. Capitulo19, Equivalencia: tendencia perpetua (Minor White). Ed. Blume, Barcelona, 1984

-Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. La industria cultural. Luminoso como mistificación de masas. Sudamericana, Buenos aires, 1988

– Jay, Martin. Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003.

– Jay, Martin. Campos Ojos abatidos: la denigración de la visión en el pensamiento francés del siglo XX Tres Cantos (Madrid) : Akal, D.L. 2007.

– Lipovetsky, Gilles y Serroy, Jean. La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada. Barcelona: Anagrama, 2010

– Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009

Carolina Valdovinos Blobel

Revisado


La novedosa imagen técnica

 ¿Qué es una imagen técnica hoy y cómo describiría el régimen escópico en el que se inserta?

 

Hablar de imágenes, fotografía, perspectiva es divagar en un campo donde la imagen técnica; aquella realizada bajo un aparato confeccionada por técnicas visuales y fuentes de luz constituye la raíz de este árbol cultural próspero de formas de artes y afición popular.
Un poco de etimología, imagen viene del latín “Imagen” que representa visualmente un objeto real o imaginario aunque el término suele entenderse como sinónimo de representación visual, también se aplica como extensión para otros tipos de, como, olfativas, táctiles, sinestésicas, etcétera.
En la actualidad nos alimentamos de imágenes comerciales, provenientes de la publicidad, medios de comunicación y aparatos tecnológicos, nuestra masa corporal de substancia racional está dotada de cinco sentidos el cual cada uno se sobrepone al otro con una suerte de independencia y un sistema de pesos y contrapesos.

Otra categoría que nos habla es lo Kitsch “el objeto kitsch es habitualmente toda esa población de objetos de poco valor de estuco, bisutería, accesorios, chancherías folclóricas, <<recuerdos>>, pantallas o máscaras negras, todo el museo de pacotilla que prolifera en todas partes, principalmente en los lugares de vacaciones o de ocio”. (Baudrillard 2009:127), lo kitsch es como un objeto de moda que quiere estar a la moda en el postmodernismo. Otra categoría es el Pop Art que es mirar el objeto sin posibilidad de interpretarlo, es un arte para el consumo, no tiene la intención de llevar lo cotidiano a representación porque lo cotidiano ya es representación.

El que nos interesa acentuar es la visión; capacidad de interpretar nuestro entorno gracias a los rayos de luz que alcanzan el ojo. Algunos estamos dotados para ver otros escasean de este pero dilatan otros, cuando caminamos por la calle vemos anuncios, imágenes, grafittis, panfletos, publicidad, propaganda, etc. Pero realmente no nos detenemos a observar, a apreciar si quiera un miligramo de romanticismo, barroco, cubismo, impresionismo o renacimiento que pudiera concretar la imagen. Somos hijos de un capitalismo concebido por Adam Smith la imagen técnica forma parte de nuestra sociedad capitalista, impregnándose de lo execrable que puede llegar a ser una imagen, en vez de cautivar con sensualidad y pureza la retina de quien desee observar antes de mirar.

Es así como Jean Baudrillard establece que “No tanto que la valorización tonal publicitaria sugiera que, en el fondo, la historia del mundo es indiferente y que lo único que merece ser investido son los objetos de consumo” Sin embargo agrega que esto es tan solo secundario, y que es parte de una construcción mucho mayor, esto es, el hecho de que “…Se trata de imponer, mediante la sucesión sistemática de los mensajes, la equivalencia de la historia y de la noticia de actualidad, del acontecimiento y del espectáculo, de la información y de la publicidad en el nivel del signo. Allí reside el verdadero efecto del consumo… Lo que consumimos no es pues tal espectáculo o tal imagen en sí: Es la virtualidad de la sucesión de todos los espectáculos posibles y la certeza de que la ley de sucesión y de encuadre de los programas hará que no se corra el riesgo de que algo emerja de allí de otro modo que no sea como espectáculo y como signo en medio de otros signos” (Baudrillard:144-5)

Para incoar los regimenes escópicos cabe mencionar que el mejor “el mejor modo de entender el régimen escópico de la modernidad es concebirlo como un terreno en disputa, antes que como un conjunto armoniosamente integrado de teorías y practicas visuales. De hecho, hasta podría caracterizárselo en virtud de una diferenciación de subculturas visuales, cuya separación nos permitió comprender las múltiples implicaciones de la visión de modos que sólo ahora comenzamos a apreciar.” (Jay 2003: 222: 223).

Podemos decir que el régimen escópico en la antigüedad tiene una similar estructura al régimen escópico de hoy en día, el problema que habría en este planteamiento es que no hay una estructura en el pensamiento como lo había en la antigüedad, sino que los pensamientos hoy en día están en consumir la no imagen que nos presentan, pero no en observarla, contemplarla ni siquiera cautivarla sino que es un gran valor para el consumo, ya que la no- imagen esta diseñada para esto “ su intención es divertir, dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos, sin necesidad de formación alguna sin referentes culturales concretos y eruditos. Lo que inventan las industrias culturales no es más que una cultura transformada en artículos de consumo de masas” (Lipovetsky 2010: 79)
Adecuado seria mencionar las características de los regímenes escópicos que conviven hoy en día en esta sociedad capitalista como mencione anteriormente instituida por Adam Smith, si bien pueden ser múltiples los regimenes, nos jalonaremos a mencionar los que maneja el autor Martin Jay (1944) en su texto relativo a este ensayo y de manera muy esbozada sugirió que se pueden definir tres tipos de regímenes escópicos distintos. Primero está el régimen llamado descriptivo de tradición Holandesa, el cual se caracteriza por ser rico en colores, luces y texturas, además también de palabras, todo orientado a trasmitir al receptor una suerte de atención, al igual que los infantes que si bien sabemos el color y texturas gruesas los absorbe sin dejarlos escapar, transmitiendo también, siendo lo anterior referido a la pintura, que sin embargo con la invasión de la fotografía dimanó en un quiebre de las limitaciones, condiciones, restricciones que impone la pintura como antecesor a este y llevó todo el romanticismo ya sea  esta reacción contra el espíritu racional y critico de la Ilustración y el Clasicismo  que ostentaba a este ámbito, enfocándose en transmitir a través de la fotografía un relato, describir una historia una mera narración visual.

Eminentemente tenemos el régimen del “Perspectivismo Cartesiano” el cual tuvo mayor realce en la modernidad es una examen monocular, de un solo ojo basado en la geometría en este arte natural de líneas, pirámides y conos visuales simétricos que tenían uno de sus ápices en el punto céntrico o de fuga de la pintura y el otro en el ojo del pintor.

En estas obras la dimensión se considera  rectilínea, abstracta y uniforme de manera que no interesan las infinitas variaciones ni los realces que puede tener la somera realidad. La imagen al igual que un foco en invierno en estas calles nevadas y solitarias de películas Gringas, es fría, inmóvil y sin brillo alguno producida generalmente por el calculo perspectivista.  “Igualmente problemática es la posición que ocupa el sujeto en la epistemología del perspectivismo cartesiano, pues el ojo monocular que está en el ápice de la pirámide del observador puede construirse como una mirada trascendental y universal, es decir, exactamente la misma para cualquier espectador humano que ocupara el mismo punto en el tiempo y el espacio- o como una mirada contingente, es decir, que depende únicamente de la visión individual, particular, de los distintos espectadores que tienen sus propias relaciones concretas con la escena que se extiende frente a ellos.” (Jay 2003: 230) por así decirlo un grupo de personas van a tener una idea diferente de una misma obra, pero no quiere decir que  al interactuar con el mundo tengamos diferentes modos de ver ya que al cruzar una calle todos sabemos como se debe hacer, porque ya estamos acostumbrados a esta idea.

Dentro de este campo escópico, en la otra esquina nos encontramos con el modelo Barroco de la visión el cual se contrapone, superpone y limita frente a otros regimenes mostrando lo alienado y desafiando la visión científica, matemática, exacta y lógica de superficies y profundidades escudriñando como adolescente frente a sus padres contradicciones a lo objetivo, atipicidad a lo usual y normalidad frente a lo inusual estando abierta a las múltiples perspectivas, alturas y profundidades que el ojo humano monocular o empirista; esta filosofía de creer en todos los sentidos, pueda apreciar.

Colorido, lleno de recovecos, adornos como casa de navidad, desenfocado, múltiple y abierto, Derivado, al menos según la etimología mas difundida, de una palabra portuguesa que designaba una perla irregular de forma extraña, el barroco connotó lo extravagante y peculiar, rasgos normalmente desdeñados por los adalides de la claridad y la transparencia de la forma” (Jay 2003: 235). No cree en los estímulos, no cree en la legibilidad del mundo a diferencia de las otras que sustentan las miradas empíricas y cartesianas, miradas que si bien recordamos a Silverman “Es un dispositivo simbólico, un régimen de consumo una representación interna, de ser objetos pasamos a ser objeto al ser fotografiados y también habla de que todo lo que se consume debe ser de baja complejidad para la sociedad.” Este modelo se reusa a creer en una solo mirada, sola interpretación crea un horizonte más allá del ojo humano y de los sentidos que podamos tener, crea lo increíble y sustenta lo insustentable ya que opta por la distorsión, por la interferencia, por la sombra, por la opacidad, por lo sensual, por lo irreal, por inusual y por lo caprichoso.

El barroco opera como una representación digital ya que se pierde la relación entre imagen y referente

Y finalmente la cuadricula, vinculada con los pixeles ya que tiene relación con la fotografía y lo que estas provocando relacionada con la invención de la fotografía, basada en lo experimental, práctico y material lo que se funda con la experiencia por medio de la sensibilidad del mundo entrelazada en la imagen la que tiene valor por si misma, ya que hay mas confianza en los estímulos, sentidos y reacciones.

A nivel personal encuentro que la imagen se ha ido degradando por el constante y recóndito abuso que tienden a generar el sistema mercantilista, los pixeles solo importan para comprar una cámara y no para dimensionar la de una imagen que puede ser rica en trazos, forma, estructura y fondo.

“Las interconecciones han creado la red- telaraña y la telepantalla al mismo tiempo (Lipovetsky 2010:84).Ya no se nos hace necesario ir a un lugar para consumir y adquirir lo nuevo, tenemos todo a través de las redes y las pantallas, cuya vinculación va unida al internet que nos rodea a todos. Quien fomenta esto es el capitalismo, apoderandose de la sociedad “desorientada” influenciando la mayor parte del tiempo sobre ella. “El homo sapiens se ha vuelto homo pantalicus: hoy naci, vive, trabaja, ama, se divierte, viaja, envejece y muere rodeado de pantallas que lo muestran, cuando es feo, en las ecografías, que desde los primeros meses le ofrecen televisión especialmente concebida para bebés, que le proponen encontrar su alma gemela o compañía de una noche de foros de contactos y que llegan a proponerle que elija su ataúd y su modelo de tumba, si lo desea, consultando los sitios web apropiados y tramitando el pedido.” (Lipovetsky 2010:85). Estamos bajo un mundo de apariencias, donde tener la última tecnología es lo que mueve a la sociedad, una sociedad que al estar tan inserta en este medio ya no es capáz de salir y dejar de consumir.

Este sedentarismo que existe por no ir más allá inmiscuyéndose en la imagen, apreciándola, valorándola y fomentándola ha ido degradando la cultura dejando atrás el barroco, romanticismo y el impresionismo por tablet, iphone y ipad que pueden sacar «Fotos». “Así como no hay una visión “natural” previa a la mediación cultural, tampoco hay ningún estilo urbano que pueda satisfacer por si mismo el anhelo humano por la estimulación ocular y el deleite visual” (Jay 2003: 44). Y también ha sido nuestra culpa por desligar la cultura y fomentar el inversionismo, pero para suerte de los que aún apreciamos el más mínimo detalle, lo analizamos y al fotografiarlo nos quedará grabado materialmente existen lugares a los cuales podemos recurrir, para seguir fomentando el arte ya que como una suerte de alfajor, dentro de esta gran sociedad existe riqueza interna capaz de crear un movimiento sustentable de distribución cultural. Estamos en un constante cambio. A diario aparecen más especies de consumo, creando una sociedad esclavisada a esta; vinculando al “arte” en ese medio.”Lo que hoy es comercial tiende a posicionarse y ser reconocido como cultira”  (Lipovetsky 2010: 76).

Bibliografía:

• Lipovetsky, Gilles Serroy, Jean. La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama, 2010

• Baudrillard, Jean. La sociedad del consumo. Madrid: Siglo XXI, 2009

• Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009

• Jay, Martin. Campos de Fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003

Nicole Gutiérrez Iglesias

Revisado

Paloma González Bravo

Para poder responder a la pregunta ¿Qué es una imagen técnica hoy y cómo describiría el  régimen escópico en el que se inserta?  Es de estricta necesidad entender primeramente que es una imagen técnica, dejando de lado el tiempo en el cual se encuentre contenida una imagen técnica se define como aquella que es creada por medio de un aparato, ya sea por medio de cámaras (análogas o de tecnología digital), computadores, etc.

Aventurándonos a tratar de responder la pregunta podemos afirmar primeramente que la imagen técnica hoy es algo muy distinto a lo que había sido, el valor de exhibición y arte por el cual siempre se había caracterizado es dramáticamente remplazado por la posibilidad de lucrar con ella.

Antiguamente el solo hecho de que no existieran los medios masivos de comunicación era algo determinante para que el valor que poseía la imagen técnica , lo que ha sido reemplazado   hoy en día  por los grandes  avances tecnológicos, que permiten conocer una información en el mismo momento en que se está llevando a cabo.

El tiempo en que la imagen técnica  era procesada por la visión humana era  muy extenso, la reflexión que requería de parte de las personas era algo imprescindible. Las generaciones actuales  no desean invertir  tiempo y/ o detener sus actividades para contemplar y disfrutar de la belleza, solo le interesa obtener placer con lo inmediato, de manera fácil,  sin emplear  esfuerzo, dejando   de lado la reflexión y  cansándose rápidamente tanto de los objetos como de las personas,  de esta manera no establece vínculos  o apegos, como una forma de defender su libertad aparente;  esto  de tomar o comprar cosas y desecharlas sin dificultad, tiene relación con la fácil adquisición de los objetos de producción masiva, que permite reemplazarlos   con gran facilidad.

Esto  con el tiempo se ha ido perdiendo de a poco, los regímenes escópicos anteriores como perspectivismo cartesiano que  destacaba por el uso y ordenamiento lógico de las cosas a través de la perspectiva y por otro lado el arte holandés de describir, que como su nombre lo dice destacaba por los elementos presentes en una obra que la definían han dejado de tener la relevancia.

En la actualidad nada de eso es de gran importancia, lo que las imágenes simbolizan es muchas veces   más relevante que los elementos que la describen, sin importar que la perspectiva o la forma en que estén ordenados sea o no  la correcta. Si consideramos que un régimen escópico  es la forma de ver del ser humano (del ojo), podemos afirmar que la sociedad de consumo es ahora la forma en que el mundo es visto, por tanto se podría considerar a esta como el nuevo régimen.

Hoy en día las personas se ven obligadas a estar permanentemente actualizando su conocimiento, esto es debido a la sociedad imperante que destaca por su inmediatez, los contenidos van cambiando, las modas cambian, las noticias día a día se actualizan, la tecnología se va renovando y ninguna persona puede prescindir de estos avances, ya que quedaría aislada de los demás, viviría desinformado y muchas veces se le consideraría  un extraño  ya que no estaría jugando el rol que de él se espera. Las personas que se resisten a actualizarse o mantenerse a la moda, son consideradas poco atractivas o de poco éxito social, motivo por el cual todos intenta mantenerse vigentes y luchan por mantenerse actualizados aun teniendo que desembolsar grandes sumas de dinero, y en los peores casos caer en gigantescas deudas que luego no pueden cubrir, todos estos esfuerzos son realizados para aparentar algo que no son con tal de sentirse incluidos en esta sociedad prejuiciosa que aparta a los que no están sometidos a sus requerimientos.  Esto es lo llamado cultura del reciclaje, una cultura que por la rapidez de sus cambios  hace de todo algo precipitado, sin dejar lugar a la reflexión que exigía la imagen técnica en tiempos antiguos. “Si no quiere quedar relegado, distanciado, descalificado, el individuo está obligado a <<poner al día>> sus conocimientos, su saber, en suma, su <<caudal operativo>> en el mercado del trabajo” (Baudrillard 2009: 114).

A sí mismo el kitsch apoya la concepción de reciclado, fabricando los objetos en series sin importar la calidad de ellos,  facilitando el acceso a estos objetos a gran parte de la población,  de esta forma incorporando  a este grupo, de menores ingresos,  a la sociedad de consumo, creando la apariencia de igualdad de condiciones  la hora de adquirir estos nuevos avances u objetos de moda, creando una falsa ilusión en las personas.

Otro elemento presente en la sociedad de consumo que tiene gran fuerza y relevancia es el gadget, este incorpora elementos estéticos o decorativos para hacer más atractivos los productos tanto a hombres, mujeres y niños y cada cierto tiempo van cambiando los estilos, colores o formas, que de otra forma no causarían la misma necesidad de adquirirlos. Pero esto no tiene que ver con la utilidad del producto, la ayuda que nos entrega es exactamente la misma, lo que cambia es la forma en la cual se nos presenta, es algo de corte totalmente decorativo y nos envuelve por esta razón, de esta manera se puede entender por qué la necesidad de consumir esta tan fuertemente instaurada en las conciencias de todas las personas, la idea de que solo cambian algunos detalles en la nueva versión de un producto que se nos ofrece no está a la vista o no queremos mirarla, lo que vemos es simplemente que aquello que se nos presenta es algo magnifico y puede mejorar nuestra calidad de vida de una forma casi mágica, una fantasía que hemos creado en nuestras mentes, es así como muchas veces la  necesidad de obtener por ejemplo un auto nuevo hace que las personas lleguen incluso a situaciones extremas como hipotecar sus casas, esto es algo muy visto en estos días, no es extraño que toda su vida hayan estado con deudas enormes y pierdan sus casa por el simple hecho de no poder pagar lo que deben a causa del desenfrenado deseo de aparentar mucho poder adquisitivo.

El pop es la máxima expresión del consumismo que puede ser mostrado en el arte, debido a que muchas de sus concepciones y estética se apoyan en eso. Las imágenes descriptivas o realizadas en base a perspectivas son remplazadas por iconos, objetos que son mostrados de una forma simple, colorida, directa, por esa razón muchas veces lo que más destaca de sus imágenes son las marcas y logos presentes en objetos un claro ejemplo de esto es una obra muy reconocida de Andy Warhol, las latas de sopa Campbell. “No se trata de un juego ni de <<realismo>>: es reconocer la evidencia de la sociedad de consumo, a saber, que la  verdad de los objetos y de los productos es su marca. (Baudrillard 2009: 136). De esta forma se explica el total cambio del régimen sufrido por la imagen técnica “El pop significa el fin de la perspectiva, el fin de la evocación, el fin del testimonio, el fin del creador gestual y, lo que no es de menos, el fin del mundo y de la maldición del arte” (Baudrillard 2009: 136).

La sociedad de consumo no podría tener tanta fuerza si no fuera por la cultura de masas que ha instaurado, donde el objetivo principal es la masificación, la cual es obtenida a través  de diversas técnicas y trucos, los cuales están presentes en todos los medios de comunicación masiva, sobre todos los visuales. “su intención es divertir, dar placer, posibilitar una evasión fácil y accesible para todos, sin necesidad de formación alguna sin referentes culturales concretos y eruditos. Lo que inventan las industrias culturales no es más que una cultura transformada en artículos de consumo de masas” (Lipovetsky 2010: 79), simplifica al máximo sus contenidos para que tanto una persona ilustrada como una persona de una cultura más bien escasa pueda disfrutar, se nos muestras diversas posibilidades para elegir, y sentirnos representados  por la que más nos guste, posibilidades a medias, posibilidades que en si son lo mismo. Distintos canales de televisión, diferentes temáticas, aun así, las razones por las cuales funcionan son exactamente lo mismo, vender un producto.

Las personas necesitan sentirse parte de la sociedad sea cual sea, participes de lo que está en la palestra y los empresarios están enterados de esto es por eso que se alimentan de esa necesidad y crean más “hambre” en los individuos hambre que nunca podrá ser saciada por que el consumo siempre será una herramienta para el enriquecimiento de los grandes empresarios que no están dispuestos a frenar, al contrario, como para ellos es favorable, despiertan falsas necesidades en las personas, apoyándose en los medios de comunicación masivos, que están ampliamente globalizados.

Siendo más específicos podemos dirigir nuestra mirada hacia el cine, donde podemos observar como personas ordinarias se muestran al público como ídolos, como personas glamorosas sin problemas monetarios, laborales ni familiares,  una vida inventada que parece ideal ante los ojos  de las personas comunes y corrientes que desean convertirse en algún día en algo cercano a sus ídolos. “Las industrias culturales, y más exactamente el cine, han inventado una figura nueva, <<mágica>>, absolutamente moderna: la estrella. Esta desempeñó muy pronto un papel fundamental en el éxito de masas del cine” (Lipovetsky 2010: 89). Este es uno de los innumerables trucos por la cual las personas se encuentran envueltas por el consumo, del cual no pueden escapar ya que el consumo está presente en todas partes, la globalización ha tenido el papel fundamental en todo esto.

Las redes como el internet nos permiten conocer innumerables cosas que de otro modo sería completamente impensable, un ejemplo claro de esto es el poder adquisitivo que posee, se nos presenta imágenes de un producto al cual podemos acceder  con un solo clic, producto que será enviado rápidamente a nuestro hogar en cosa de horas o días, esto es lo que se nos venden la inmediatez, todos esos productos que se nos muestran no ocupan un espacio físico en la red, son solo representaciones lo que nos enseña, iconos de alguna forma ya que su significación radica en “la imagen” que tenemos frente a nosotros. Esto es en lo que se ha convertido a la imagen técnica, en representaciones de algo para la venta, ya no es en sí misma, es para otros fines, fines totalmente económicos, como ya mencione anteriormente ninguno de los medios de comunicación masiva se escapa de esto, todos están bajo el modelo de la sociedad de consumo y la imagen técnica se encuentra sometida a su utilización. Ni el arte está exento de esto, muchos artistas han puesto su arte a la venta de una forma poco leal a sí mismos, creando obras más comerciales, olvidando la verdadera concepción del arte por el cual realizaban sus obras y de esta manera lucrar con el arte, olvidando todo en lo que creía.
A consecuencia de esto se crea una imagen vacía con carencias, desde el lado por el cual se le mira, una imagen que ya no representa nada más que la ambición de personas poco honestas que se han apoderado de ella, una imagen en la cual no nos podemos fiar, ya que la posición actual en la que se le relego se basa en la persuasión que puede generar en las personas cambiando simplemente las artimañas empleadas  para llevar a cabo esto.

La imagen técnica hoy, es una imagen de consumo, actualmente ha sido relegada una simple herramienta para el enriquecimiento de las empresas y una especie de droga para quienes la consumen, produciendo una adicción en las personas, adicción que nunca se podrá frenar o que sería de una labor muy ardua detener,  debido a que siempre habrá algo que comprar, algo que me haga sentir bien por un cierto periodo de de tiempo, pero que luego dejará de tener el mismo efecto en mi y tendré que buscar algo que pueda llenar ese vacío que dejo la última cosa que adquirí, esto es un circulo vicioso que la sociedad actual a instaurado con una fuerza gigantesca , algo de lo cual nadie quiere quedarse  a fuera si realmente desea sentirse parte del mundo.

Bibliografía:

• Lipovetsky, Gilles Serroy, Jean. La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama, 2010
• Baudrillard, Jean. La sociedad del consumo. Madrid: Siglo XXI, 2009
• Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009
• Jay, Martin. Campos de Fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003

Revisado

Tenemos que tomar en cuenta que cualquier imagen técnica, la debemos entender como aquella que está realizada por un aparato, el dispositivo.

Hoy esa imagen técnica (televisión, digital, etc), se inserta en nuestra sociedad como una imagen de consumo.

Es en este régimen escopico, que se concibe como un terreno de “subculturas”, contraposiciones, es el dispositivo lo que nos dispone, en este caso, al deseo, al querer obtener, al consumo.

Nuestro régimen escopico, eso social, nuestra mirada socializada, educada, es donde podemos ver inserta, o mejor dicho es donde se crea nuestra sociedad actual, una sociedad como antes mencionado, de consumo.

“El régimen escopico de la modernidad es concebido como terreno en disputa antes que como un conjunto armoniosamente integrado de teorías y practicas visuales” Jay 2003: 222. Tomando lo que propone Jay, podemos pensar que cuando miramos, estamos buscando significados. Estas prácticas visuales nos llevan a buscar representaciones y el donde y como se integra la imagen técnica, que aunque existan distintas teorías, es sin duda el consumo, aquel lazo indiscutible que uno las distintas visiones y miradas.

Baudrillard nos habla y propone que la clausura del significado para entender como base principal de esta sociedad de consumo, “Está la definición histórica y estructural de consumo que es exaltar los signos sobre la base de una denegación de las cosas y de lo real”. Baudrillard 2009: 113. Al igual que Jay, Baudrillard separa nuestra sociedad en dimensiones, calificaciones sociales, a lo que Jay se refiera con subculturas. “Una de las dimensiones características de nuestra sociedad, en materia de saber profesional, de calificación social, de trayectoria individual es el reciclaje” Baudrillard 2009: 114. Con esto entendemos él como la vida es un mero reciclaje, la moda, los automóviles, todo tipo de objeto tecnológico, inclusive la belleza, si no cambiamos de teléfono celular cada cierto tiempo estamos fuera de la sociedad de consumo, lo mismo pasa con todas las cosa mencionadas, nos vemos en esa necesidad implantada de comprar, cambiar, obtener ese último ideal de vida. Todo se trata de apariencias, de escalar como ciudadanos ejemplares de la vida moderna, ascender siempre mostrándonos como pavos reales lo que podemos conseguir, lo tecnológicos y el poder adquisitivo que tenemos, aunque sea con nuestro querido dinero plástico, aunque ese amado deseo de posesión nos lleve a consumir más de lo que podemos pagar.

“El objeto kitsch es habitualmente toda esa población de objetos de poco valor de estuco, bisutería, accesorios, chucherías folclóricas, recuerdos, pantallas o mascaras negras, todo el museo de pacotilla que prolifera en todas partes principalmente en los lugares de vacaciones o de ocio” Baudrillard 2009:127, con esto se puede entender mejor la demanda de consumo, y con ello la movilidad social, que sin ello no existiría el Kitsch, no existirá esa acumulación de objetos banales.

Todo está en movimiento, todos tienen como objetivo el ascenso social, el reciclaje como consumo, el consumo como lo kitsch.

Lipovetsky va más allá y toma el término “híper” para referirse al consumo, todo toma un carácter mucho más radical y poderoso, abarcando lo que antes he mencionado, y llevándolo a encajar en este concepto. “La dinámica hipermoderna radicaliza y lleva al extremo los principios constituyentes de la era modera. Lo que es verdad para el mercado y el individualismo lo es también para el dominio cultural” Lipovetsky 2010 :75.

No podemos salir de esta lógica del consumo, todo gira en torno a ello, siempre necesitaremos estar consumiendo, en esta lógica la imagen técnica juega un papel principal, hace que nos volvamos seres necesitados de consumo, de imágenes, de tecnología, objetos, estatus de vida. Nada se escapa de esta lógica, como sociedad vivimos para consumir de manera adictiva, cada vez en mayor cantidad, con más lujo, y es ahí donde lo kitsch permite formarse, reciclamos.

Y no es solo un consumo de objetos de deseo, consumimos educación, salud, todo es transable, y por ende lo podemos comprar, nada queda fuera de esto.

Basta tan solo con mirar lo que antes eran mercados, pasando a ser supermercados, y finalmente hipermercados, donde encontramos desde los abarrotes necesarios para el hogar, hasta una suscripción para nuestra futura muerte, podemos comprar en el mismo lugar comida y un lugar para tirar nuestros huesos. Casi no tiene sentido, solo lo tiene en esta lógica de consumo, una vulgarización total de cómo vivimos, una farsa más, otra mascara que nos ponemos, un disfraz de personas hipermodernas que pueden obtener todo, y es así, pero nada es gratis, ni el agua que consumimos.

Este concepto de hiper, es la esfera económica, la dinámica de nuestra cultura y economía, la visualidad nos lleva paso al deseo, la mirada disciplinada.

“En el nuevo capitalismo, los bienes comerciales (objetos, moda, marcas) acaban constituyendo una cultura de nuevo género: una cultura de consumo hipertrófico y generalizado. Una cultura que al mismo tiempo se dedica a asimilar, más o menos, los principios creativos y estéticos de la alta cultura…Pero así como lo cultural penetra en el universo comercial, tampoco el arte se opone ya al mundo de la economía. Se entra en la cultura-mundo cuando el arte no obedece más que las leyes de la economía. Reciclado y reformateado constitutivo de la cultura-mundo. Este movimiento de doble dirección crea una mutación característica de la hipermodernidad cultural” Lipovetsky 2010:76. Tomando lo que nos habla Baudrillard sobre el reciclaje, Lipovetsky se refiere a lo mismo, la cultura reciclada, todo sea por el bendito hiperconsumo.

Para tomar otro ejemplo, y ver donde se inserta la imagen técnica en nuestro régimen escopico Baudrillard dice “ La publicidad es uno de los puntos estratégicos de este proceso. Es el reino del seudoacontecimiento  por excelencia. La publicidad hace objeto un acontecimiento” Baudrillard 2009:151. Sin duda no hay un ejemplo más claro de lo que es el consumo como lo es la publicidad, su fin es ese, que consumamos, que con la cara de un niño sucia, de ropa destrozada y pies descalzos nos hagamos socios de alguna institución para combatir la pobreza y el hambre de estos pequeños niños, jugando con el morbo, intenta captar nuestra atención de manera asquerosa y sin pudores, lo que sin duda logran a la perfección.

Es en este punto donde juega nuestra representación. Donde nuestra mirada toma la forma de lo que registra, donde la mirada se hace parte del espacio simbólico, el orden simbólico, lo social.

Dentro de lo que nos habla Jay y que divide el régimen escopico en tres partes que son fundamentales, está el “Perspectivismo Cartesiano” (mirada cónica, monocular, no humana), esta se somete al calculo de la perspectiva, es distante, fría, y su modo de representación monocular no es natural.

También está la “Cuadricula Ptolomeica”, que es descriptiva, naturalista. Y Finalmente nos habla de “Lo Barroco”, lo extravagante, peculiar, es indescifrable, ilegitimo, irreal, donde reina el deseo, lo sensual.

Si tomamos estas tres divisiones, podríamos decir que lo más cercano a la imagen técnica actual, lo digital es lo barroco, ya que la imagen para el consumo va desde el deseo, lo sensual, ahí es donde nos atrapa, donde nos lleva al consumo, pero también la imagen digital tiene de la cuadricula ptolomeica, como es el pixel, la descripción. Y de modelo cartesiano, la no imagen, ese código abstracto.

Como ya hemos visto funcionamos en base a imágenes, todo lo que nos rodea es imagen, publicidad, televisión, libros, paisajes, la vida es una imagen, depende de nosotros como la conjugamos, como la representamos y que significado damos a estas. Es esa mirada con intención de lo que también nos habla Frizot, una mirada educada, socializada. Vivimos en una sociedad de mirones, donde miramos para buscar algo.

Volviendo a lo que plantea Lipovetsky, vivimos también en un mundo de marcas, donde ya no solo importa crear algo, sino que se debe crear una marca, algo que le de ese estatus al objeto de consumo, “ El capitalismo de hiperconsumo se distingue por la necesidad de que las marcas sean hipervisibles y en consecuencia por la hinchazón de los presupuestos de una publicidad relacionada con la intensificación de la competencia, con el parecido de los productos, con los imperativos de rentabilidad rápida y elevada. Hemos pasado así de la marca a la hipermarca: ésta se impone cuando el trabajo mercadotécnico gana por la mano al trabajo del productor…” Lipovestky 2010:105.

Mundo de apariencias, donde importa mucho más tener algo que nos de un toque diferente que el saber pensar, que el poder ser capaces de consumir menos, ya que al ser todo consumo, jamás podremos estar fuera de este circuito indestructible de modelo consumista, de nuestro hipermercado. Lo que leemos, lo que bebemos, incluso el metro cuadrado que usamos es consumo, el saber es consumo de algo.

Queremos ser neo-hippies, queremos ser seudo anarquistas, y claramente lo podemos hacer, siempre encontraremos algo de consumo para volvernos así, un libro sobre Bakunin en librería de moda para el joven rebelde, una poncho descocido Zara para el joven que sueña con ser hippie,  todo esta a nuestro alcance, tenemos la imagen de lo que queremos ser, de lo que nos propone la multitienda como moda este verano, de los ideales que quieren alcanzar los jóvenes de las publicidades de las universidades. Baudrillard se refiere a estos objetos de deseo como gadget.

“ El artilugio, el gadget, es el emblema de la sociedad post-industrial. No existe una definición rigurosa para este tipo de artefacto. Pero si convenimos en definir el objeto de consumo en virtud de la desaparición relativa de su función objetiva (utensilio) a favor de su función signo, si admitimos que el objeto de consumo se caracteriza por una especie de inutilidad funcional” Baudrillard 2009:130. Tanta inutilidad…

Todo el reciclaje al alcance de la mano, somos incapaces de superarlo, estamos inmersos en el, donde la imagen nos hace valorar más aún lo que podríamos llegar a tener, lo que podríamos llegar a ser. Todos esos gadgets, objetos sin utilidad, artefactos creados para ser inútiles, solo para consumo idiota y sin sentido.

Entendemos que el arte, no tiene ningún valor, ni sentido más que el del goce estético, no hay función en ello, ya que eso diferencia el arte de una artesanía, su comercialización, pero esto se ve quebrado con el pop art, “Podemos admitir que el pop art transporta un mundo objeto al tiempo que desemboca (según su propia lógica) en objetos puros y simples. La publicidad participa de la misma ambigüedad” Baudrillard 2009:153. El arte se vuelve también un gadget.

Vale más tener un cuadro realmente horrendo de algún artista de moda, que una obra de la cual realmente entendemos y que nos provoca algún tipo de placer o sentimiento. Volvemos otra vez más a lo que somos personas que aparentan, en una sociedad cubierta por imágenes de consumo, en una sociedad  de consumo, todo sea por aparentar lo que queremos ser, lo que nos dicen que es bello, atractivo, o exitoso, todo depende del gusto del cliente.

Estamos desbordados por publicidad, por libros, por televisión, todo lo que nos rodea son imágenes, y la manera en que estas se insertan en nuestra sociedad no es más que para “obligarnos” a consumir, a obtener, a desear, sin duda hace el papel perfecto para llevarnos a esto, a jugar a ser otros, a esperar el asenso social, cultural. “ La publicidad es una palabra profetica en la medida en que no da a entender ni a aprender, sino que a esperar. Lo que dice no supone la verdad anterior (la del valor de uso del objeto), supone una confirmación ulterior mediante la realidad del signo profetico que emite. Así estriba su modo de eficacia hace del objeto un seudoacontecimiento que llegará a ser el acontecimiento real de la vida cotidiana gracias a la adhesión del consumidor a su discurso” Baudrillard2009: 153. Dentro de las divisiones que hace Jay, aquí queda demostrado lo barroco de nuestra sociedad, llena de cosas irreales, del deseo, lo erotico, la sensualidad, y de qué manera todo esto nos atrapa y nos lleva a las ganas de quere consumir lo que nos proponen.

Sin duda la imagen se inserta dentro de esta sociedad como la insignia que nos lleva a querer algo, donde ya no hay posibilidad de escapar de esta lógica del consumo, hoy, en este régimen escopico.

Bibliografía:

• Lipovetsky, Gilles Serroy, Jean. La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama, 2010
• Baudrillard, Jean. La sociedad del consumo. Madrid: Siglo XXI, 2009
• Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009
• Jay, Martin. Campos de Fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003

Amanda González Lagos.

Revisado

Régimen escopico actual y su insercón con la imagen

La imagen técnica es la imagen producida y generada por aparatos (ya sean análogos, electrónicos o digitales, entre otros), esta imagen se inserta en el régimen escópico propio de una sociedad de consumo, envuelta por el constante “reciclaje de los conocimientos”, es decir, el constante cambio y renovación de información en la que esta está sometida debido al fenómeno de la posmodernidad.

Antes de la posmodernidad, en la era moderna, existían regímenes escópicos distintos de los que estamos sometidos hoy en día, marcados por “el ocularcentrismo”, en una cultura en donde el campo visual regía,  según Martin Jay, que definió los regímenes escópicos  como modos de representación o modelo visual (que marcaron la modernidad occidental desde el renacimiento, y el arte), dentro de este existen tres momentos o campos oculares más significativos en  la modernidad: el primero de ellos es el perspectivismo cartesiano que es considerado  el más dominante de la era moderna, “el modelo que podemos identificar, en la esfera de las artes visuales, con las nociones de perspectiva del renacimiento, y en la esfera de la filosofía, con las ideas cartesianas  de racionalidad subjetiva” (Jay, 2003: 223), vinculando la visión con el racionalismo, “la frialdad abstracta de la mirada” (Jay, 2003: 226), en el arte por ejemplo, se podía apreciar la falta de emoción y vinculación con el objeto por parte del artista en sus pinturas. La cuadricula ptolomeica que “debe distinguirse de la cuadricula en perspectiva y no confundirse con ella” (Jay, 2003: 233), está relacionada con el arte y la fotografía, ese espacio dado por una marco, llenado por la creación, y por último se encuentra el Barroco, refiriéndose a este como lo extravagante, lo peculiar, como un modo de representación de repudio de geometrización monocular a través del concepto de lo extravagante, siendo este indescriptible, ilegible, y opaco, dando siempre énfasis en lo expresivo, intentando expresar la realidad, exacerbando los sentidos (el deseo, lo erótico y sensual).

Tomando en cuenta la definición de régimen escópico como la articulación social de la mirada, podemos decir, que hoy en día, diferenciando y relacionando el régimen escópico del cual nos habla Martin Jay, estamos insertos en un régimen escópico regido por una sociedad de consumo que  “es una sociedad móvil: amplios estratos de la población recorren la extensión de la escala social, tiene acceso a una posición superior y, al mismo tiempo, a la demanda cultural que no es más una necesidad de manifestar esa nueva posición mediante signos” (Baudrillard, 2009: 128), esta está dominada por el capitalismo.

Existe lo que llamamos signo, significante y significado, estos dos últimos conceptos están unidos por la semiosis, es decir, el análisis que es generado y la concepción que existe entre el significante y el significado de las cosas, esto se relaciona con la estructura del consumo que es “exaltar los signos sobre la base de una denegación de las cosas y de lo real” (Baudrillard, 2009: 113), existe un conjunto de signos que reflejan el consumo, que lo denotan, que carecen de significado, un lenguaje con el que el sujeto puede representarse, podemos nombrar a la publicidad como ejemplo, que exacerba los signos, apelando a las “necesidades” que podría tener un individuo, creando estas necesidades y convirtiéndolas en necesidades reales para la adquisición del producto, para la compra de este y para su consumo cotidiano. Existe un concepto llamado reciclaje, el cual está plena y totalmente vinculado con el fenómeno de la sociedad de consumo y  que podemos apreciar de manera visuble contemporáneamente, este incorpora un sujeto que actúa para estar en constante “renovación de conocimiento” con la finalidad de insertarse en la sociedad de consumo si quiere ser aceptado,  además de exaltado y apreciado, un claro ejemplo que  podemos ver hoy en día y a través de la historia (pero con más importancia y relevancia  en la posmodernidad)  es la moda, que se recicla y cambia constantemente, es arbitraria y cíclica, esto es claro y notorio en lo que llamamos la tecnología, el individuo quiere obtener por ejemplo el celular más caro y con más aplicaciones incorporadas, el con mayor tecnología desarrollada, esta es una manera de reciclarse, manteniéndose al día con lo último en objetos tecnológicos con mayor capacidad de función,  también podemos hablar de la vestimenta y  los autos, entre otros elementos y artefactos, “si alguien no lo hace, no es un verdadero ciudadano de la sociedad de consumo” (Baudrillard, 2009: 115), se puede decir que el significante mediante el reciclaje recarga un nuevo sentido a la red de significantes incorporados, la lógica de este consumo es la “manifestación de los signos”. Lo que importa es la imagen en sí, el mundo solo aparece como una imagen generalizada, como una imagen técnica (de reproducción técnica), en donde el objeto se difunde para ser imagen, esta imagen es vista como totalidad en donde se apropia “una visión aparentemente invisible” (Silverman, 2009: 136), no se mira el objeto en sí, sino la imagen que percibimos de él en su totalidad, la cosa en sí nunca puede ser vista.

La sociedad está definida actualmente como una “sociedad del espectáculo”,  en la cual las relaciones humanas son trasformadas en objetos y productos de consumo, y en cosas que son  compuestas por simulacros e imágenes. El espectador es constituido por la ficción y envuelto por la imagen, este experimenta una especie de fusión entre su interior y el exterior que lo rodea, se identifica con la imagen capturada por el aparato, el sujeto puede ver más certeramente, la cámara ve,  muestra y reproduce la imagen que su ojo no puede ver de un modo más preciso, es una mirada diferente se puede decir que existe “la capacidad del ojo para acceder imaginariamente al lugar de la cámara” (Silverman, 2009: 136), el espectador es un observador y se ubica dentro del campo de visión y conocimiento como menciona Crary. Esto ocurre gracias al estadio espejo, que posibilita la identificación con la cámara y la imagen reproducida (su proyección), el espectáculo mostrado, la cámara cumple la función de ser una “especie de ventana”. El dispositivo fotográfico fue democratizado y socializado, desde ese entonces la mirada fue disciplinada, y podemos decir que todos miramos de una manera distinta y es por esto que no vemos la cosa en sí.

Existe así evidentemente un consumo cultural que “puede definirse como el tiempo y el lugar de la resurrección caricaturesca” (Baudrillar, 2009: 113), hay una fusión entre la economía y lo cultural que antes no existía, ya que estos dos elementos eran diferenciados. Podemos definir a la economía como la categoría cultural, en donde no hay elementos de la cultura que no estén atravesados por esta, toda la cultura esta interceptada por la economía, como menciona Lipovetsky. Un claro ejemplo de esto es la relación que se hace entre el arte y el consumo, como con el Kitsch y el Pop Art. Primeramente podemos relacionar el momento en el que aparece el régimen escópico del barroco con el Kitsch: el espectáculo, el ornamento, y la “explotación emocional” son elementos que aparecen en ambos, cada uno en diferentes regímenes escópicos, el barroco por su parte “connotó lo extravagante y peculiar, rasgos normalmente desdeñados por los adalides de la claridad y la trasparencia de la forma” (Jay, 2003: 235), el Kitsch es una categoría cultural  dentro de la lógica del consumo, una especie de manifestación estética de la sociedad de consumo y del espectáculo, este es irónico y a la vez es una especie de celebración trágica, utiliza objetos de “poco valor” y pone en relación las cosas que no tienen relación en el cotidiano  dentro de la sociedad, “es el equivalente del cliché en el discurso” (Baudrillard, 2009: 128), mezcla lo natural con lo artificial, no busca lo armónico, sino lo llamativo, se opone a la estética tradicional del arte moderno. Es una imitación y exageración de la cultura y la sociedad, toma elementos de la realidad y los hace ficticios, los replica y reproduce, extrae símbolos de valor y los hace  imitaciones, de igual o mayor impacto visual que lo imitado.

El Pop Art utiliza objetos puros y simples, de manera de exteriorizarlos y darles un sentido simbólico un discurso lleno de connotaciones en un mundo lleno de significados, este es una nueva manera de hacer arte, en donde marca un antes y un después en la historia de este. Utiliza a la cultura y la sociedad como medio de visualidad de sus obras logrando una muestra de la sociedad de consumo para que luego sus obras sean consumidas por esta misma “apunta no loso a la inmanencia del mundo civilizado, sino además a la integración total de este mundo” (Baudrillard, 2009: 136), tal como lo hace Andy Warhol.

Las artes llegan de esta manera a la sociedad para ser consumidas, la hipermodernidad (Refiriéndose a “hiper” como  una forma de expandir el concepto original)  está dominada por el capitalismo cultural “La cultura mundo describe el sistema económico-cultural del hipercapitalismo globalizado” (Lipovetsky, 2010: 75), de esta manera el comercio acaba construyendo una cultura-mundo, una cultura de consumo, “lo que hoy es comercial tiende a posicionarse y ser reconocido como cultural” (Lipovetsky, 2010: 76), es así como estamos envueltos en una cultura inserta en el mundo de las marcas y lo comercial, “las marcas son las piezas claves de la cultura” (Lipovetsky, 2010: 106), en una sociedad en la cual constantemente se tiene que evolucionar y  reciclar para no quedarse atrás, en donde contemporáneamente lo visual es lo que se trasforma en lo sensorial, y a través de la vista “podemos llegar a tocar” de manera imaginaria y simbólica. Es este uno de los medios utilizados por el consumo para consumir, transformándose en el lenguaje del mundo, en donde los objetos representados son posibles de ser imaginados como objetos para el consumo, el  hedonismo es un claro síntoma, en el cual existe una búsqueda del placer de consumir, la felicidad es para el consumo, y gracias a esto hay una evidente necesidad por consumir permanentemente, una búsqueda de felicidad y placer constante, en donde rige lo erótico y lo fácil de consumir, a través de la publicidad, del  marketing y la hipertrofia comunicativa es como ocurre el proceso.  Ya que la cultura se ha vuelto un mundo de marcas, podemos decir que el contenedor es más importante que el contenido,  estando presente el logo, siendo un elemento de colaboración con la marca, pero de menos importancia que el contenido “las grandes marcas no se contentas con  estampar su logotipo en todo el planeta: se dedican a invertir en nuevos dominios hasta entonces vírgenes, a llevar cada vez más lejos los limites de su campo legitimo” (Lipovetsky,2010:  104), es decir, hoy en día existe una gran competencia de las empresas por ser innovadores en cuanto a la creación de su producto, su publicidad y modo de venta, ya que es necesario sobre salir en el cuadro de la marca para llamar la atención del espectador y así generar una nueva visualidad, captada de manera llamativa por el espectador (siempre con fines de venta, consumo y placer), para lograr que la marca se venda.

Este espectador  es un consumidor activo y esto gracias a la imagen, su reproducción, globalización y capacidad de estar en todas partes como lo es Internet.

Desde 1960 las imágenes han alcanzado niveles de distribución y masificación imposibles de presentir. Actualmente Internet se ha consolidado como el medio de difusión más productivo y representa el mayor mecanismo de información a nivel mundial. La fotografía ha sabido abastecerse de dichas atribuciones: hoy son las imágenes –la fotografía- el método ilustrativo de mayor significación en estas redes interconectadas.

Los distintos foros informativos, sobre todo los medios noticiosos y las redes sociales, le han otorgado a la imagen fotográfica (la no-imagen) diversos valores de contenido, su masificación y posterior vulgarización han determinado que el acto fotográfico sea un ejercicio de relevancia coyuntural en la construcción de una nueva historia social. De este modo la fotografía, las imágenes que sustentan los argumentos de la web, se han transformado en un tópico de la modernidad, una necesidad en la actualidad.

Bibliografía:

• Lipovetsky, Gilles Serroy, Jean. La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama, 2010
• Baudrillard, Jean. La sociedad del consumo. Madrid: Siglo XXI, 2009
• Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009
• Jay, Martin. Campos de Fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003

Katherine Silva

¿Qué es una imagen técnica hoy y cómo describiría el régimen escópico en el que se inserta?

Resulta complejo responder que es una imagen técnica hoy, ya que abarca un concepto muy amplio… Vilém Flusser, en su libro “Hacia una filosofía de la fotografía”, define la imagen técnica como toda aquella que está realizada por medio de un aparato. Más bien, podría decir que es mucho más que eso, ya que constituye la base de nuestro “mundo moderno”. Representa todo lo que vemos y que de igual forma creemos, la producción de imágenes de la forma que hoy conocemos ha significado una revolución en la historia.

Estamos rodeados de imágenes, las cuales nos ofrecen una gama de sensaciones perceptivas que nos permiten de cierta forma relacionarnos con nuestro entorno.

Los medios de comunicación nos bombardean de imágenes, que finalmente como observadores nos llevan a tomar ciertas apreciaciones de las cosas, sin siquiera pasar por nuestra real comprobación. Teniendo “acostumbrada” la vista a referentes preestablecidos, todo lo que captamos por medio de imágenes se queda en nuestra retina y lo tomamos como experiencia vivida, siendo que realmente no tenemos relación directa con ellas.

Desde siempre, y como planteaba el filósofo Platón “hemos sido esclavos de las imágenes”; desde su teoría del mito de la caverna podemos inferir que lo que vemos a través de las imágenes no necesariamente refleja la realidad, ya que nuestros sentidos nos engañan. Sin embargo, hoy en día es un detalle que pasamos por alto. Con la llegada del pensamiento moderno y del capitalismo han pasado a ser “imágenes para el consumo” que finalmente cumplen su cometido. Una imagen técnica hoy, será la base de nuestro actuar mañana…

“Hoy no existe más de lo que se ve en televisión, lo que ve la masa, lo que todos comparten. Es el triunfo de la sociedad de la imagen y sus poderes: El tragaluz que da al mundo y que, lejos de la oralidad primitiva y de la cultura escrita, lo encuadra y le da forma con el enfoque, radicalmente nuevo, a la vez seductor y uniformador, con que nos lo muestra” (Gilles Lipovetsky 2010: 84).

Tal como señala este autor, estamos presos de lo que se nos muestra en los medios, actuamos monótona mente de manera igualitaria, ya no existe una unicidad entre pares. Las pantallas se han convertido en nuestras ventanas al mundo, y lo peor es que nos conformamos con eso.

Al ver el término “El triunfo de la sociedad de la imagen y sus poderes”, me lleva a reflexionar que primordial mente la imagen técnica es creada con el objetivo de ser la simple cara de un producto planeado. Su básica creación va dirigida a compradores en potencia, a receptores que serán engañados por sus sentidos y que están inmersos en éste régimen escópico que lleva a la imagen a ser parte fundamental de la sociedad de consumo…

Respecto a esto, debemos estar de acuerdo en que las imágenes han existido desde siempre en nuestra historia, por lo tanto han tenido grandes modificaciones con el paso del tiempo en cuanto a su objetivo y a su posterior recepción.

Con respecto a este tipo de imagen es que se apoyará este ensayo, ya que a base de varios autores, llegaremos a una conclusión final con respecto al tema; y uno de ellos es Martin Jay.

Este personaje nos habla del concepto de regímenes escópicos o bien de las formas de entender la imagen en sí. Es por ello que debo hacer mención a lo que nos trata de decir Jay.: “el mejor modo de entender el régimen escópico de la modernidad es concebirlo como un terreno en disputa, antes que como un conjunto armoniosamente integrado de teorías y practicas visuales. De hecho, hasta podría caracterizárselo en virtud de una diferenciación de subculturas visuales, cuya separación nos permitió comprender las múltiples implicaciones de la visión de modos que sólo ahora comenzamos a apreciar.” (Martin Jay 2003: 222).

Jay propone que existen tres regímenes escópicos principales: el Perspectivismo cartesiano, la Cuadrícula y el Barroco. Respectivamente, puedo decir que el primero es el que tiene mayor relevancia en nuestra actualidad, ya que en él se combinan dos piezas del pensamiento moderno, el del sujeto y el de la visión.

En este tipo de régimen, se nos trata de mostrar una perspectiva científica de nuestra realidad, sin mayores interpretaciones; resalta lo geométrico y  no se toma en cuenta la trivialidad de lo que vemos.

“El ojo monocular que está en el ápice de la pirámide del observador puede construirse como una mirada trascendental y universal, es decir, exactamente la misma para cualquier espectador humano que ocupara el mismo punto en el tiempo y el espacio- o como una mirada contingente, es decir, que depende únicamente de la visión individual, particular, de los distintos espectadores que tienen sus propias relaciones concretas con la escena que se extiende frente a ellos.” (Martin Jay 2003: 230)

Bibliografía

×          Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo XXI, 2009

×          Lipovetsky, Gilles y Serroy, Jean. La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada. Barcelona: Anagrama, 2010

×          Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009

×          Jay, Martin. Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural. Buenos Aires: Paidós, 2003.

Nicole Riquelme Herrera

Revisado

¿Qué es una imagen técnica hoy y cómo describiría el régimen escópico en el que se inserta?

¿Todo lo que vemos, es real? ¿Que significa eso de “Imagen Técnica”? ¿Observamos o Miramos? Una imagen técnica básicamente comienza con un objeto que nos permita sacar y crear la fotografía, que en este caso es la cámara fotográfica, lo cual después esa misma fotografía se inserta a la sociedad bajo una mirada del consumismo postmoderno que conlleva a que el espectador-cliente tenga la capacidad de poder consumirla visualmente y físicamente y así también poder hacer transformaciones o cambios respecto de la permanencia de esta misma foto. El “Régimen Escópico” esta basado a un nivel social-cultural en un significado de los actos de ver, bajo condiciones de que la mirada ve bajo circunstancias del significado de lo que ve. Y todo esto conlleva a que nuestra sociedad les sea imposible retener a largo plazo alguna imagen técnica representativa a la realidad, son casi la mayoría en corto plazo, por el mismo hecho de un mercado a grandes velocidades de consumo. Todo esto nos lleva a crear lo que la sociedad consume, lo mas fácil, lo que mas se vende y ahí es donde se pierde la mirada propia, y se pierde por que en el contexto en el que vivimos lo amerita así. Por lo mismo se usa mucho en ámbitos de Marketing publicitario donde al fin y al cabo son y han sido lo mismo de siempre, mostrar el cuerpo ideal perfeccionista, ya sea en hombres o mujeres,  y no son más que estrategias para que la sociedad consuma. Como ejemplo claro es el tema de la moda, de que manera te presentan un movimiento que al final siempre a sido el mismo de décadas atrás, y su meta es como se podrían ver las personas hoy en día con esa moda, o sea una falsa imagen de la realidad, donde da pie para que entre lo “Kitsch” junto con el “Gadget”.

[…] “Lo kitsch evidentemente revaloriza el objeto raro, precioso, único.” (…) (Baudrillard: 127-129)

(…) “El consumo Cultural puede definirse como el tiempo y el lugar de la resurrección caricaturesca, de la evocación paródica de lo que ya no es, de lo que ya se ha <<consumido>> en el primer sentido del termino (acabado y cumplido)(…) (Baudrillard:113).

En esta sociedad de consumo las falsas referencias  de una imagen que podríamos llamar “real”, es lo que nos consume y nos embobamos al creer y pensar en llegar así. Y pensar que es  lo real y lo no real es el paradigma que la gente no filtra y solamente consume sin ver ni razonar que es lo que consumen.

(…)”La dinámica hipermoderna radicaliza y lleva al extremo los principios constituyentes de la era moderna. Lo que es verdad para el mercado y el individualismo lo es también para el dominio cultural. Así como se constituye un hipercapitalismo tentacular y globalizado, también vemos desarrollarse lo que podríamos hipercultura, cultura-mundo” (…) (Lipovetsky: 75)

Para dejar en claro en esta época el tema de las marcas acaban construyendo una cultura urbana de consumo hipertrófica y masificada para poder llegar a un prototipo de alta cultura ideal. Las marcas es una referencia así misma, se caracteriza por si sola y en el caso de las imágenes van de la mano con esto,  ya que se vinculan al hecho de que cada marca tiene su propia imagen, su propia tipografía, sus propios colores que la identifican. Y que al mismo tiempo hay empresas que quieran imitar las misma tipografías o colores para así hacerlas mas vendibles.

(…)” ¿Qué importa el perfume mientras tenga la embriaguez del frasco Chanel?”(…) (Lipovetsky: 105).

En estos días las marcas son el gran capital que tiene en el mundo (empresas) lo que para estas mismas las conllevan a tener infinidades de imágenes de marca que cautiven al cliente lo cual tienen que tener una gran cantidad de personas en el ámbito publicitario en imágenes, palabras, incluso llega a tener participación el  mundo del cine, por medio de cortos publicitarios, todo conllevan a lo mismo.

(…)”La dimensión estética de la marca va mucho mas allá de la publicidad. Pues la marca se expresa a través de productos cuyo diseño y embalaje se piensan en términos estéticos” (…) (Lipovetsky: 107).

Todo esto abarca la imagen técnica de decir que la marca por el hecho de ser conocida “debe ser buena”, es al resultado que quieren llegar con el producto y que genere eso  con la imagen, y es así como se hacen conocido mundialmente, a base de imágenes ya compradas por los clientes. Aunque el producto no sea cien por ciento efectivo en su calidad, pero la referencia que nos genero esa imagen es más fuerte. Lo que seria un éxito para las empresas, que la imagen nos haga consumir, y nos vendan algo que ni siquiera necesitamos.

(…)”Las marcas, en efecto, supermultiplican  los soportes mediáticos capaces de exponer sus logotipo y de conseguir que se hable de ellas” (…) (Lipovetsky: 108).

En el libro de  Kaja Silverman, El umbral de lo visible, donde dice que (…) “la identificación primordial es implícitamente desviada por la imagen” (…) (Silverman: 137). Esto nos lleva a decir o creer que hay un régimen escópico contemporáneo como tal, debemos entender y así mismo analizar en el sentido de “formas de mirar” nunca está libre de significados, ya que todas las miradas son distintas, aunque sea plural o general. Y esto tiene conexión con la imagen técnica  en el ámbito de que tiene relación que hay entre el ojo fotográfico conjunto con la cámara fotográfica. Por lo que nos lleva a decir y afirma Silverman en el siguiente texto: (…) “Puesto que en el cine, lo mismo que en la fotografía, la cámara consigna el punto desde que el espectáculo se hace inteligible, el mantenimiento de la ilusión de la perspectiva se supone que depende de la concordancia sin desajustes del espectador con ese aparato” (…) (Silverman: 135.

Así de este modo podemos analizar desde el punto de vista de Silverman  que hay algún tipo de “unión” entre el entendimiento del espectador, con el espectáculo de este mismo caso. Esto se basa en el concepto de la cámara como fuente de unión. Y esta misma es la que es transformada en el gran espectáculo y es el dispositivo sobre las imágenes técnicas, en algo que es capaz de comprender como todo aquello que el ojo no fue capaz de mirar pero si pudo observar a través de una cámara fotográfica, ya que para que el ojo humano necesita de algún tipo de ayuda (herramientas) para poder captar mejor las cosas que ocurren en ámbito que la cámara ve cosas que el ojo humano no ve conscientemente.

(…)”La relación entre la cámara y el órgano óptico humano quizá parezca ahora menos análoga que protésica: la cámara promete compensar las definiciones del ojo y apuntalar una distinción que el ojo solo no puede mantener: La distinción entre la visión y el espectáculo” (…) (Silverman: 140).

Como también lo dice Crary: la cámara es mas que una maquina que una herramienta (p. 131).

(…) “Lo visual ha dominado la cultura moderna occidental de una amplia variedad de formas” (…) (Jay 2003: 222).

¿Que podemos sacar en conclusión de todo esto? ¿Tendrá una conclusión? Podemos decir que las imágenes técnicas son una completa farsa, creada solo para generar dinero y mentir, engañar y mostrar solo lo que queremos ver. Que las imágenes en cierto caso son malas, son buenas, ayudan a una empresa, pero por otro lado están siendo consumistas y atrayendo a los “clientes” a base mentiras y engaños, mostrando realidades que no son como lo muestran, pero es ahí donde la ética, la educación, los valores, son algunos de los factores que entran en un saco por así decirlo, ya que todo esto que esta en la palestra es directamente con nosotros , los futuros “cabecillas de ideas “ que formaran parte de esta sociedad y puede que seamos los que haremos los reportajes, los comerciales, los grandes spot publicitarios, pero todo depende desde que punto de vista le demos para darle un mensaje que no sea una mentira comercial,  sino que dejarle en claro lo que están consumiendo, pero a la vez dejarle claro a la industria mundial que con imágenes se pueden hacer muchas cosas aparte de mentir e inventar sueños que la gente se cree, también se pueden hacer de alguna manera a través de realidades que pasan en el mundo, que la gente no sea tan consumista. Aunque eso es tarea de cada uno en sus casas, como imparte la educación a nivel cultural, ya que de ahí es donde se tiene que extraer los fundamentos que muevan a esta sociedad. Ser fotógrafo es un desafío en estos días ya que la mayoría en estos días se va por lo accesible (en términos de dinero), y no se van en base a sus ideales o mejor dicho sus instintos de querer reflejar o demostrar a esta sociedad consumista y ciega por los poderes facticos.

Somos una sociedad donde todo entra por la vista, toda moda, movimiento, estética, se basa en las imágenes que nosotros construimos, si nosotros construimos  una cultura a bases de imágenes donde se nos miente y se nos diga “ustedes podrán hacer sus sueños realidad con esto”, “si se viste con….”, o “tome esto y será” JAMAS podremos ser una sociedad donde exista la igualdad, la realidad, y la verdad. Somos nosotros los encargados de mostrar la realidad tal cual es.

De alguna manera esta sociedad a sido capturada por personas que manejan las imágenes a su antojo y le dan el significado que quieren y a base de eso se llenan los bolsillos de dinero, lo cual todo esto es un circulo vicioso de empresarios hambrientos, con personas poco capaces de ver lo que se están comiendo, miran pero no observan lo que pasa en realidad y es ahí donde esta la piedra de tope, en que hay que observar, analizar y concluir no solo  mirar que es el común de la gente cómoda.

Lo único que queda por decir para finalizar este ensayo examen es que, siendo cada persona con sus ideas claras y tuviera la película “clara” de lo que pasa en el mundo y no me estoy refiriendo tan solo al bombardeo de imágenes que hay alrededor de nosotros a diario, sino que a una calidad de personas mas con criterio y manejo de la información, seria todo mas expedito y claro por así decirlo. Seria una sociedad con ideas reales de la realidad, con preocupaciones pero de algo real como un niño que se muere Somalia y no por que con un pantalón se ve mas bien o mas mal, a eso me refiero. Podemos aceptar todo lo que se nos muestre en términos de imágenes, cine, publicidad, etc. Pero somos nosotros los que tenemos que ser capaces de ver y observar que tan cierto es y que tanto caso le hago a esa foto o a ese spot que me están vendiendo o que me dice que compre. Nosotros somos los únicos responsables de mover esta sociedad a bases de verdades, lo cual implica en ámbitos políticos, educación, salud, religiosos, etc. incluso espiritual. Somos una visión autentica, nuestras cámaras son las mejores armas para reflejar la realidad y demostrar lo que hay, sin engaños ni mentiras, somos el reflejo de esta sociedad, pero que a la vez no lo queremos ser. Y por parte mía no lo seré y tampoco lo impartiré a mis futuros hijos, ni persona que me pida ayuda seré siempre así, MOSTRANDO LA REALIDAD.

Bibliografía usada en Examen

  • Baudrillard, Jean. La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras. Madrid: Siglo XXI, 2009.
  • “Silverman, Kaja. El umbral del mundo visible. Madrid: Akal, 2009.
  • Jay, Martin, Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural, Espacios del Saber 36.
  •  Lipovetsky, Gilles; Serroy, Jean, La cultura-mundo. Respuesta a una sociedad desorientada, Anagrama, Colección Argumentos.

Alex BRYAN ROJAS MADARIAGA/ Fotografía PROFECIONAL/16/12/2011/ Tecnología y SOCIEDAD.