Revisado

por Minor: Tecnología y Sociedad

LA IMAGEN TÉCNICA EN LA SOCIEDAD ACTUAL.

FERNANDA ESCOBAR LÓPEZ

En la cultura actual la imagen técnica estaría inserta en regímenes escópicos variados y globalizadores.

La forma de mirar, concebido como algo natural, lleva consigo patrones culturales predeterminados. Según el biógrafo de la Escuela de Frankfurt Martin Jay,”la modernidad ha estado resueltamente marcada por el ocularcentrismo”, dominada por el sentido de la vista (Jay 2009: 221). Seducido por el concepto de “régimen escópico” de Christian Metz, Jay señala que habrían 3 subculturas visuales, las que determinaron, en la era de la modernidad, la manera de ver el arte. El primer modelo estaría representado por el perspectivismo cartesiano, compuesto por las nociones renacentistas de perspectiva en las artes visuales y las ideas cartesianas (Descartes) de racionalidad subjetiva en filosofía. A partir de los hallazgos en la edad media de las implicaciones metafísicas de la luz, el espacio comienza a ser percibido geométricamente isotrópico, rectilíneo y uniforme. Según Jay, este espacio tridimensional y racionalizado  podía ser trasladado a la tela para reflejar el espacio geometrizado de la escena representada y que irradia el ojo cuando mira. La característica esencial de esta mirada racionalista es un “repliegue emocional del artista respecto a los objetos representados en el espacio geometrizado… un ojo supuestamente descarnado, absoluto, donde se trata de leer el mundo como un libro escrito con caracteres matemáticos y lógicos, intentando concebir las relaciones abstractas de las cosas. En este modelo el sujeto modelaba el mundo con su mirada, se ocupaba de la claridad y la transparencia de la forma. Esta mirada cartesiana era una mirada deserotizada, que neutralmente aspiraba a no comprometerse con el objeto que mira. Jay decía que” además de no erotizar el orden visual, también fomentaba la desnarratización o la descontextualización. Abstracción de la forma artística de cualquier contenido sustantivo”

(Jay 2009:227). El perspectivismo cartesiano fue objeto de una crítica filosófica, que denunció el énfasis del modelo en un sujeto ahistórico, desinteresado y descorporalizado.
Más adelante, se dio un régimen escópico alternativo al perspectivismo cartesiano, que surgió en los países bajos en el siglo XVII. Esta pintura –holandesa- rechazó el rol constitutivo y privilegiado del sujeto monocular enfatizando, en cambio, en la existencia previa de un mundo de objetos descritos en la tela plana, un mundo indiferente a la ubicación del espectador. Por consiguiente, la pintura holandesa le dará suma importancia a los pequeños detalles, a la carencia de perspectiva. Se acepta la superioridad del mundo por sobre el sujeto. El pintor pinta lo que puede; para él el mundo sigue aunque lo enmarque. La filosofía del empirismo de Bacon es quien rige este modelo, que está orientado hacia la observación, sobre la superficie fragmentada, detallada y articulada de un mundo que opta por describir antes que explicar. El arte de describir anticipa, en palabras de Jay,” la experiencia visual que provoca en el siglo XXI la invención de la fotografía. Ambos dice, comparten rasgos destacados: la fragmentación, el enmarcado arbitrario, la inmediatez que los primeros practicantes expresaron afirmando que el fotógrafo le daba a la naturaleza el poder de reproducirla directamente sin la mirada del hombre.

Un segundo modelo o régimen escópico fue el Barroco, pintoresco, engañoso, múltiple y abierto. A este modelo le interesaba lo peculiar, un espacio tridimensional homogéneo. “Se daba la fascinación por la opacidad, ilegibilidad y el carácter indescifrable de la realidad que pinta” (Jay 2009:236).

¿Qué ocurre entonces  en la sociedad actual?, según Baudrillard, la sociedad del consumo está basada en la adquisición de signos antes que de objetos, pues “se exalta los signos sobre la base de una denegación de las cosas y de lo real” (Baudrillard 1979: 113). De esta forma no se le ofrecería al consumidor un objeto en relación a su función empírica, sino a través de su significado colectivo: prestigio, estar a la moda, etc.

Investiga el capital y el consumo desde la óptica del estructuralismo.

Correspondería a la visión de Silverman, quien aseguró que la mirada siempre estuvo influenciada por nuestros deseos y ansiedades, y mediada de un modo completo por las representaciones que nos rodean. En este sentido, “la fotografía representa el triunfo del ojo, porque confirma las leyes de la perspectiva que desde hace tiempo constituyen la norma occidental de mirar” (Cosmelli en Silverman  2009:138).

La imagen en la actual sociedad de consumo, tiene un nuevo lugar. “Está subyugada al tecnocapitalismo global, a la industria cultural, al consumismo de medios de comunicación y a las redes informáticas”

(Lipovetsky y Gilles  2007:113).

BIBLIOGRAFÍA

Jay, Martin. “Campos de fuerza. Entre la historia intelectual y la crítica cultural”
Braudillard, Jean. “La sociedad del consumo. Mitos y estructuras.  Madrid.1979